01. ¿Qué hiciste en 2009 que no hubieras hecho nunca antes? Comenzar a vivir sola, fuera del nido, y alejada del cobijo bajo el ala de papá y mamá. Vamos, lo que viene siendo independizarse.
02. ¿Cumpliste tus propósitos de año nuevo, y harás más para el próximo año? Nunca me pongo propósitos para el nuevo año, así que no sé qué responder a esta pregunta.
03. ¿Alguien cercano a ti tuvo hijos? Sí, y fue (y es) un niño precioso.
04. ¿Alguien cercano a ti murió? Pues familiar, afortunadamente, no, pero sí que a mediados de año un vecino de mis padres decidió quitarse la vida de una manera un poco cruel. Fue difícil para todos, pues lo conocíamos desde hacía años. En fin, c'est la vie y su decisión.
05. ¿Qué países has visitado? Ninguno. Patético.
06. ¿Qué querrías tener en 2010 que no tuviste en 2009? Pues la verdad es que 2009 fue un año bastante completito en todos los sentidos, así que me guardo muy mucho de pedir nada para 2010. Virgencita, que me quede como estoy.
07. ¿Qué fecha de 2009 se te quedará grabada en tu memoria, y por qué? Tres fechas: 13 de julio, día en que me hicieron la entrevista para mi actual trabajo. 15 de julio, día en que me comunicaron la feliz noticia de que había sido seleccionada. 1 de septiembre, día en que empecé a trabajar en mi colegio.
08. ¿Cuál ha sido tu mayor logro este año? Trabajar haciendo algo que me apasiona y vivir en una de las ciudades más hermosas de la tierra.
09. ¿Cuál ha sido tu mayor fracaso? La relación que mantuve con mi ex novio. Fracaso absoluto. Dicen que de todo en esta vida se aprende; pues no es verdad, que yo de esto no aprendí nada, tan sólo a arrepentirme mientras viva.
10. ¿Has sufrido alguna enfermedad o daño físico? Pues el 6 de agosto me operaron de la enfermedad de Freiberg en el segundo dedo del pie derecho. Hoy por hoy estoy estupenda, y tacones siempre, claro. Porque yo lo valgo.
11. ¿Cuál ha sido la mejor cosa que has comprado? Mi portátil Packard Bell. ¡Más lindo!
12. ¿El comportamiento de quién mereció alabanza? El de mi madre, todos los días.
13. ¿El comportamiento de quién te decepcionó? Más que decir el "quién" es curioso que en todos los casos han sido personas de las que yo me decía "si ya me lo figuraba yo, si lo veía venir", o peor aún: de las que mi madre siempre dice "¡te lo dije!".
14. ¿A dónde fue la mayor parte de tu dinero? En lo de siempre: películas en dvd, cds, libros, ropa, zapatos, complementos y cosmética.
15. ¿Qué te hizo mucha, mucha ilusión? Una tableta de chocolate negro en el momento oportuno y de la persona adecuada.
16. ¿Qué canción te recordará siempre 2009? Todas las que yo llamo "Blacky's songs" y todas las de Coldplay.
17. Comparado con el año pasado, eres: Tristemente, más solitaria, independiente e introvertida.
18. ¿Qué quisieras haber hecho más? Ser menos pasional, que luego los palos vienen doblados y siempre por el mismo sitio. Y es que nunca los veo venir.
19. ¿Qué quisieras haber hecho menos? Haberle dedicado tiempo a personas y a cosas que no merecían la pena.
20. ¿Cómo pasarás las Navidades? Con mi familia, es decir, mis padres.
21. ¿Cómo pasarás la Noche Vieja? Ídem. Después de las uvitas, supongo que caerá alguna peli en dvd. Bueno, eso si mi sidriña no me hace recurrir urgentemente a la cama...
22. ¿Te enamoraste en 2009? Sí.
23. ¿Cuántos rollos de una noche? Ninguno, pero no sólo en 2009, siempre, que yo no soy de esas cosas. Yo soy de coroneles Brandon y no de Willoughbies.
24. ¿Cuál fue tu programa de televisión favorito? Dexter y Los Tudor. ¡Ñam, ñam!
25. ¿Odias a alguien que no odiases el año pasado? Si es que yo no puedo odiar a nadie. Mira que lo intento, oye, pero es que soy incapaz. A veces me gustaría tener más maldad.
26. ¿Cuál fue el mejor libro que leíste? Desde mi cielo, de Alice Sebold. Pero no es el mejor libro que he leído en mi vida ni por asomo.
27. ¿Cuál fue tu mejor descubrimiento musical? La gran mayoría de las que me recomienda Blackwood.
28. ¿Qué querías y obtuviste? Amigos de verdad. Un trabajo que me apasiona. Vivir y disfrutar de Sevilla.
29. ¿Qué querías y no obtuviste? Un Mini... snif, snif.
30. ¿Cuál fue tu película favorita este año? El curioso caso de Benjamin Button y Revolutionary Road.
31. ¿Qué hiciste en tu cumpleaños y cuantos cumpliste? Pues lo celebré tres veces, y las tres fueron estupendas, más que nada, porque estuve en todo momento con quien realmente quería estar. Cumplí 25, un cuarto de siglo. Olé.
32. ¿Qué única cosa hubiera hecho tu año incalculablemente más satisfactorio? No haber desperdiciado semanas, semanas y semanas llorando y lamentándome por las esquinas por algo y alguien que no merecían la pena.
33. ¿Cómo describirías tu concepto de la moda en 2009? Pues sigo el patrón Catherine Heathcliff: todo debe ir conjuntado al milímetro. Y bueno, soy rematadamente pija. Pero con cerebro, que conste.
34. ¿Qué te mantuvo en tu sano juicio? Mi nueva vida en Sevilla.
35. ¿Qué figura pública te gustó más este año? Todos los años voy a responder que Daniel Day-Lewis, Tim Burton y los cuatro miembros de Coldplay.
36. ¿Cuál ha sido tu videojuego favorito este año? Nunca he jugado con videojuegos. He crecido sin consola de ningún tipo, y creo que no me ha ido tan mal, ¿no?
37. ¿Quién ha hecho el mayor número de cameos en tus sueños este año? A saber... si mis sueños están siempre llenos de bichos y criaturas horripilantes, dignos de psicoanálisis profundo. Oye, pero nunca sueño con vampiros, con lo que me gustan. ¡Ofú!
38. ¿A quién echaste de menos? Fácil: a los que más quiero.
39. ¿Quién fue la mejor persona que conociste? Dos, y él y ella ya lo saben.
39. Dinos una valiosa lección que hayas aprendido en 2009: Ser siempre fiel a mis principios y a mi conciencia.
40. Quotea una canción que resuma tu año: Everything's Not Lost, de Coldplay.
Lo que estoy escuchando: New Year's Day, de U2.
Etiquetas: Íntimo y personal
Curiosidades de la vida, es la portada de mi agenda.
Hoy estaba entusiasmada, porque por fin he podido empezar a escribir en mi agenda nueva, mi agenda de "Con E..., a las 13 horas, en el Hospital de Santiago". Nunca suelo anotar con quién quedo ni dónde, más que nada porque no me hace falta, que mi cabeza es como un pequeño y minucioso ordenador. Pero todo obedecía a la infantil ilusión de estrenar mi agenda de Klimt. Y claro, ya aproveché que había quedado para un par de cervezas con mi amiga de la infancia para dejar constancia gráfica en mi agenda de Klimt.
Hoy pensaba que debía tomarme muy en serio mi agenda de Klimt. Como ya he dicho, soy un poco mi propio ordenador personal, así que nunca he necesitado dejar las cosas apuntadas por doquier, no suelo olvidarme de ellas, pero aún así, yo siempre he tenido mi agenda escolar al lado, aunque no escribiera nada en ella. Me gustaba refugiarme en la seguridad que da tener algo donde apuntar las cosas importantes para que no se te olvidaran, aunque eso no fuera a pasar. Esta vez presumo que será diferente; mi agenda de Klimt lo merece, así que pienso apuntar todo, hasta corazoncitos palpitantes si hace falta, como las quinceañeras.
Propósito de Año Nuevo: mi agenda de Klimt. Adecentarla y llenarla de cosas importantes, cosas que merecen la pena.
Así que, siguiendo esta premisa, me he propuesto escribir en el margen superior izquierdo la siguiente información: "Song of the Week". Self-explanatory. Es un gran dato que apunto en mi nueva agenda de Klimt.
Comienza, pues, la nueva era de la agendita de marras...
Song of the week: Full Moon, de The Ghosts.
Etiquetas: Ego laboro, Íntimo y personal, Música es...
Los mundos de Coraline (Coraline, 2009), de Henry Sellick
10 comentarios Publicado por Catherine Heathcliff en 11:18Todo lo que huela a Tim Burton es santo de mi devoción. Conclusión: me compré hace unos días el dvd de Los mundos de Coraline. Bueno, en realidad, me la regaló mi madre, por aquéllo de la Navidad. Aquí, la verdad sea dicha, el señor Burton tiene poco que ver, salvo la inseparable unión metafórica que mantiene con Henry Sellick, director de la cinta que nos ocupa. El motivo de esa unión es que Sellick figura como director de Pesadilla antes de Navidad (The Nightmare Before Christmas, 1993), película que aparece insociablemente unida a Tim Burton por ser el gran motor que puso en marcha uno de los mejores films de animación de todos los tiempos -si no la mejor-. A priori, podría pensarse que la magia de la historia de Jack Skelleton es producto de la bendita mano de Burton, y que en el caso de Coraline Jones se quedaría en un vano intento por parte de Sellick de igualar al gran maestro. Bueno, nada más lejos de la realidad: el resultado fue plenamente satisfactorio.
Si bien es cierto que maravillas como Pesadilla antes de Navidad o La novia cadáver (The Corpse Bride, 2005) no pueden ser comparadas con ningún producto -como diría aquél-, Los mundos de Coraline es una película de animación de las buenas. Yo disfruté como una enana viéndola y me mantuvo clavada en mi sillón durante su más de hora y media de metraje. Tiene todos los elementos "Burtonianos" que podrían interesarme: es oscura, aunque con contrastes de gran colorido antinatural, siniestra a ratos, mordaz en su humor, el villano -la villana, en este caso- da miedo de verdad, y la eterna reflexión y/o moraleja de que ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos.
Podría extenderme en la cantidad de simbología que mi "pervertida" mente vio durante la película, como por qué la bruja malvada adopta la forma de la madre de Coraline y por qué ésta encuentra en el mundo paralelo una versión de su madre engañosamente bondadosa, ajena a la de su mundo real, con la que en apariencia parece no mantener una buena relación. ¿Estamos acaso ante un complejo de Electra en toda regla? O sacando la feminista que llevo dentro -¿ah, sí? ¿Es que llevo una feminista dentro? Anda, no lo sabía- por qué el padre de Coraline en ambas versiones de los dos mundos es bastante pusilánime y calzonazos, "sometido" a las decisiones de su cónyuge. Bueno, y por qué Coraline es tan tirana con su joven vecino Wybie, si sólo quiere ayudarla. Lo cierto es que son suculentos datos que dan para más de una entrada, pero para bien o para mal, el propósito de ésta era hablar de la película como espectadora. Y no puedo más que arrojar datos positivos.
En definitiva, película de animación muy recomendable. Considero que es una pequeña joya a descubrir y mejor verla de noche con las lueces apagadas, más que nada para respetar lo lúgubre de según qué escenas y el gran colorido onírico de otras. Y otra cosa: alejémonos de una vez del eterno cliché de película de animación = película de niños. Esta no lo es, a mi jucio. Es cruda a ratos, -como el hecho de la malvada bruja tenga la desagradable costumbre de arrancar los ojos a sus víctimas y reemplazarlos por ¡botones!-, y de verdad, que la bruja es mala de narices, que no exagero. Yo vi la película con mi madre, y las dos al día siguiente desayunando coincidimos en lo mismo: de niños nada de nada. Yo tengo 25 años, pero es que mi madre tiene 57.
Etiquetas: ¿Qué vemos hoy?
Dejando a un lado las felicitaciones hipócritas y los buenos deseos con el ansia de quedar bien, hay que reconocer que estos días tienen algo de mágico. Magia blanca o magia negra, no lo sé, pero indiferentes no son. Y dado que mis Navidades son íntimas y familiares y que mis felicitaciones navideñas son escasas, pero salen del corazón, he pensado que quizá esta entrada endulzaría un poquito más a los que miran estos días con acritud y también a los que rebosan terrones de azúcar edulcorados a cada paso que dan.
Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: All I Want for Christmas, de Mariah Carey.
Etiquetas: ¿Qué vemos hoy?, Íntimo y personal
Hace falta valentía para dejar a un lado las piedras en el camino, y poco a poco, ir allanándolo para hallar al final del camino la compañía de la persona a la que amas.
...y yo me siento dolorosamente valiente.
Etiquetas: Íntimo y personal
Bueno, pues ese día ha llegado.
Mañana a las 10 de la mañana, Dios mediante, una servidora estará disputando un partido de balón prisionero de profesoras contra alumnas de tercero y cuarto de secundaria. El caso es que aterrorizada me hallo. Conociéndome y dado que soy un pato mareado (con chándal rosa y gris divino, sí, pero pato al fin y al cabo) voy a hacer el ridículo más grande en la historia de mi colegio. Porque, a ver, Catherine, ¿cuánto hace que no juegas al balón prisionero? ¿Veinte años? Sí, más o menos, año arriba, año abajo. Me lloverán los balonazos a cascoporro, ya lo verás, y para colmo seré incapaz de esquivarlos, porque soy un pato mareado con chándal gris y rosa. Y siendo como soy, luego no podré devolverlos con saña, porque las alumnas de 15 y 16 años me darán penita, y oye, que yo tengo 25 y entonces sería una abusona, y yo soy de todo menos eso, que en mi época de instituto se ve que no conocía los chándals rosa y gris divinos y los/las abosones/as tenían especial y cruel predilección por mí. Y lo peor de todo, por si esto fuera poco, es que no me acuerdo ni de cuáles eran las reglas del juego; en mi mente sólo se visualizan balonazos por doquier, todos a mi culo, o peor: a mi careto.
Dios, ¡voy a morir!
Y, ¿de qué me sirve mi hora y media diaria de Batuka y pilates? Porque en Batuka no te enseñan a esquivar malvados balones. Yo te hago maravillas con las mancuernas, pero ¿y los balones? ¡Jesucristo! Bueno, sí, me va a servir para no echar los pulmones por la boca, y el hígado de paso. ¿Pero los balones? Dios...
Si estás leyendo a esta, tu humilde sierva, haz que la AEMET me de una buena noticia y mañana caigan chuzos de punta. ¡Por favor!
Me acerco peligrosamente a un momento muy similar al vivido por Birdget Jones al dejarse caer por la barra del parque de bomberos.
Que sea lo que Dios quiera, Amén.
Etiquetas: Ego laboro
Llevo desde que comenzó el fin de semana pensando en la vuelta a casa por Navidad. Se me va a hacer extraño por numerosos motivos. Para empezar, va a ser el primer año en el que soy yo la que tiene que volver a casa por Navidad, como decía el manido anuncio de televisión; jamás se ha dado el caso, constantemente he estado en casa, pero ahora vivo sola y en otra ciudad, así que siempre hay una primera vez para todo, dicen. Y también para el regreso.
Tengo sensaciones enfrentadas. La perspectiva de volver se me antoja extraña. Por un lado, tengo ganas de estar en mi hogar y poder abrazar a mi madre cuando me apetezca, sin necesidad de recurrir a largas conversaciones por teléfono para sentirla cerca en la distancia. Tengo ganas de estar en mi hogar para comenzar debates acalorados con mi padre sobre cualquier cosa, hasta la más estúpida o trivial, para continuar discutiendo en serio, estar unas horas sin hablarnos y acabar dándonos un abrazo diciendo el típico, pero sentido "no ha pasado nada, papá". Tengo ganas de volver a visitar la tierra donde está mi casa, tan diferente a mi Sevilla, pero la cual no por ello menos añorada; hay que estar lejos para darse cuenta, claro. Y tengo ganas de que llegue el regreso para ver a mis amigos, los cuales no veo desde finales de verano, pero a los que sigo llevando guardados bajo llave en mi mundo interior.
Y, ¿qué es lo que dejaré aquí durante dos semanas? Demasiadas cosas y personas como para que mis pobres líneas les hagan justicia. He llegado a sentirme tan bien en este lugar que ahora soy una extraña en mi propio hogar. Tranquilidad, autorrealización, apoyo, amistad, amor... quizá el rosa de la rebeca que vestía esta mañana en el trabajo ensombrece mi juicio, no lo sé, o será el cansancio acumulado durante el día de hoy. Siempre he dicho que mi hogar está donde estén los míos, y de un tiempo a esta parte siento que, en realidad, está aquí.
Así que en estos días inquietos llenos de correcciones, evaluaciones, tarjetas de felicitación, ajetreos, prisas y buenos deseos, no puedo evitar levantar mi bolígrafo rojo del examen, mirar al vacío y preguntarme si estas dos semanas de ausencia, de separación, de distancia física, me serán tan difíciles como ya de por sí me están resultando tan sólo al pensar en ellas.
...Es una sensación extraña dejarte tu otra mitad a 300 kilómetros de distancia...
Etiquetas: Ego laboro, Íntimo y personal
El año expira, morirá en cuestión de días, y la conciencia humana tiende a hacer autobalance. En mi caso particular, este año ha sido inquieto. Mi cautela me impide calificarlo de manera optimista o pesimista, porque si algo he aprendido a lo largo de estos doce meses es que de un día para otro las cosas pueden cambiar de forma drástica.
Es curioso lo mucho que puede suponer un acto tan cotidiano como hablar. Tristemente, los seres humanos somos de naturaleza egoísta y andamos siempre demasiado ocupados como para frenar, tomar un profundo respiro y dejarnos llevar. Soy muy aficionada a las utopías y creo en la palabra. Pero en la de verdad. Es hermoso abrir en canal tu pecho, extraer tu corazón y hablar con él entre tus manos, como si fuera testigo mudo de lo que debes decir, sin olvidar pronunciar todo lo que en secreto te ha estado susurrando durante meses. Ánimo, te dice, lo estás haciendo muy bien, no dejes nada en el tintero, nada que en tus largas horas de velada auoconfesión y recapitulación no hayas anhelado expresar.
Me siento bien. Que haya tranquilidad, no hay decepción por ningún rincón, sabía cuáles eran mis cartas. Cartas... sí, esas que la vida presenta de cuando en cuando, y de cuyo juego dependerá el devenir de tus días. Las personas que se cruzan en nuestras vidas... a veces merece la pena pararse a pensar en ellas. No me gusta hablar de mí, pues pienso que mis escritos son ya de por sí bastante reveladores, y cierto es que las cosas siempre me han gustado claras, directas, concisas.
Ayer al mediodía alguien muy importante para mí me dijo que los filósofos están todos locos. Y es verdad. Dejemos, pues, la filosofía aparte. Siempre he sabido lo que quería, mis anhelos, mis inquietudes. Puedo enorgullecerme de eso. Lo tengo muy claro.
Y siento que debo dar las gracias.
Etiquetas: Íntimo y personal
Hace unos meses -bastantes, diría yo- llegó a mis manos, por casualidad, un cd extraño de una no menos extraña ¿artista?: The Fame, de Lady Gaga. ¿Quién narices sería esta Lady Gaga? Investigando por internet me topé con una mujer, cuanto menos, extravagante. Excesiva, rimbombante, exagerada, escandalosa, provocadora... todos son apelativos que la describen a la perfección. La reacción inicial es de rechazo, o al menos, eso fue lo que provocó en mí. Su estética, la verdad, es que tiene que ver conmigo lo que los garbanzos con las rosas de un jardín. Y no es que yo la esté llamando a ella garbanzo y a mí rosa, que no es ese el tema; a lo que me vengo a referir es que, a priori, la estética de esta buena mujer obedece a todo lo antitético con respecto a mí. Pero el caso es que no, que escuchando su música me fue "enganchando" gradualmente, porque a pesar de que lo suyo es un pop-dance ajeno a lo que yo podría escuchar inicialmente, su música siempre ha conseguido despertar en mí ese lado frívolo que yo también tengo y que normalmente me esfuerzo en ocultar.
Así que no me importa clamar a los cuatro vientos que, señores, Lady Gaga me encanta y disfruto mucho escuchándola cuando quiero dejar aflorar mi lado superficial. Su música es mero entretenimiento, sin pretensiones, y su estética, extraña como ella sola, es deliciosamente extravagante y divertida.
Si me permiten mis lectores, me autodedico su último single, Bad Romance. El videoclip no tiene desperdicio, sin duda, e indiferencia es lo último que provoca. Está siendo la banda sonora de mi fin de semana griposo, lleno de tos y reposo en cama. Casi me sueno la nariz al compás del "oh, la, la" del estribillo...
Lo que estoy escuchando: Blanco y en botella, vamos.
Etiquetas: Música es...
9 Times 9 I'd Say: Daniel, you're the best
0 comentarios Publicado por Catherine Heathcliff en 10:32Me da igual que aparezca rodeado de bellas féminas en Nine (Rob Marshall, 2009). Lo único que quiero ver (y oir) ahora mismo es a mi amado Daniel cantar. ¡Qué suerte tienen Nicole Kidman, Kate Hudson, Penélope Cruz, Marion Cotillard y Fergie! Y es que aparecer al lado del señor Day-Lewis en pantalla las hará hasta buenas actrices, cosa que no son; bueno, quizás la señora de Keith Urban y la francesita Cotillard se pueden escapar, pero sí que es cierto que mejorarán interpretativamente también al lado de este gentleman.
Es que me encanta este hombre. Y como yo también tengo un lado frívolo, como todo ser humano, escribo y publico esta entrada clamando a los cuatro vientos mi amor por mi anglo-irlandés favorito.
Creo que Daniel Day-Lewis es para las mujeres hechas y derechas lo que los ídolos juveniles son para las quinceañeras. Y es que decir con 25 años que estás enamoradísima hasta el tuétano de los huesos (platónicamente, está claro) de Daniel Day-Lewis parece que hasta te da un estatus social importante, porque claro, bebes los vientos por el mejor actor vivo que hay hoy día.
Que sirva como aperitivo y para ir calentando motores para el gran estreno.
Etiquetas: ¿Qué vemos hoy?, Daniel Day-Lewis
- Seño, ¿usted está aquí todos los lunes?
A lo que yo respondí:
- Sí, todos los lunes tengo guardia en el aula de castigados. ¿Por qué lo preguntas?
Y él añadió:
- Porque a partir de ahora me voy a portar mal todos los lunes para que me manden castigado en el recreo aquí con usted.
Evidentemente, a mí me dio la risa, y tras el "anda, deja el peloteo y márchate al patio" que le dije a continuación, el chico se fue. La cosa quedó ahí y no le di más importancia, porque lo cierto es que no la tiene. Pero, casualidades de la vida, ayer por la tarde encendí la radio y estaba sonando Boulevard of Broken Dreams, de Green Day. Siempre que escucho este grupo me acuerdo de este alumno. Y ahora viene la historia que explica por qué lo recuerdo. Un día tuve que ir a su clase a sustituir a su profesor de inglés que no pudo ir a clase. Cuando me presenté y les dije que iba a ser su profesora de inglés durante esa hora y que darían la lección conmigo, él dijo en voz alta, sin razón aparente, tan sólo la de hacer la gracia correspondiente: "Don't want to be an American idiot!". Yo, con mucha sangre fría, lo miré muy seria y le contesté: "'I walk this empty street, on the Boulevard of Broken Dreams'. Deja a Green Day tranquilitos en su casa y saca el libro de inglés; cuando acabe la clase, hablamos de Green Day, de Pearl Jam y de Pink Floyd todo lo que quieras, pero ahora toca inglés, así que abre el libro, el cuadernillo y tu cuaderno de clase". Lo cierto es que el chico se quedó muy serio durante toda la hora, hizo los deberes y participó bastante, y cuando sonó el timbre del final de la clase, me dijo: "señorita, ¿usted cómo conoce a Green Day?". Claro, es lo que pasa, que los alumnos se piensan que los profesores no tenemos vida propia, o qué sé yo. Yo me reí y le dije: "Green Day no son propiedad tuya, así que sí, los conozco y me gustan algunas canciones". Él sonrió y desde ese día es raro el momento en el que se cruza conmigo y no me dedica una palabra amable, siempre con mucho respeto y aprecio. Me da mucha alegría como profesora sentir que, aunque sea un sólo alumno, te escucha y te tiene en cuenta, a pesar de que fuese por un motivo tan insignificante como una canción de Green Day. Y me da más alegría aún comprobar que este chico no es de mi clase ni siquiera, sino que lo fue en un momento puntual.
Por cosas como esta, y por infinitas más, merece muy mucho la pena ser profesora.
Catherine Heathcliff.
Etiquetas: Ego laboro
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Sé que estás enfermo y que llevas unos días en cama intentando recuperarte, así que hay que procurar hacer ese periodo de convalecencia lo más llevadero posible.
Lo mejor: un poquito de buena música.
Etiquetas: Mens sana in corpore sano, Música es...
Luna Nueva (New Moon, 2009), de Chris Weitz
8 comentarios Publicado por Catherine Heathcliff en 18:32Etiquetas: ¿Qué vemos hoy?
Tengo 25 años y he crecido con Mike Oldfield. Escucho ciertas piezas y no puedo evitar recordar momentos de mi infancia en los que me sentaba con mi hermano a escuchar a la vez que hablábamos. Lo cierto es que manteníamos conversaciones bastante largas, y por qué no decirlo, profundas, a pesar de yo ser una niña y el no ser más que un imberbe adolescente. Mi hermano, Óscar, me presentó a Mike Oldfield, y desde ese momento, la imagen del músico galés aparece inevitablemente asociada a Óscar.
El primer concierto al que fui en mi vida fue de Mike Oldfield y yo tenía 14 años. Recuerdo que empezó con In the Beginning, para continuar después con There Be Light, ambas incluidas en The Songs of Distant Earth (1994). Mi hermano me contó en su momento que el señor Oldfield creó este disco en homenaje a la novela Cánticos de la lejana tierra (The Songs of Distant Earth), de Arthur C. Clarke. Según mi hermano, Mike Oldfield dijo que ésta era su novela favorita, a lo que él añadió: "y la mía también". Jamás he leído el libro de Clarke por no considerarme capaz; yo, leyendo ciencia ficción, qué disparate. Las cosas están empezando a cambiar, y dos más dos no siempre son cuatro.
Mi hermano comenzó a coleccionar todos los cd's originales de la obra de Mike Oldfield, así que éste puede sentirse orgulloso: yo ahora tengo toda su discografía original. Y, pase lo que pase, seguirá siendo así, pues en cierto modo, me siento heredera y depositaria de esa función, ante la ya irremediable ausencia del que inició esta colección.
Hoy me he topado con ésto, y sí, es posible: puede enamorarte todavía más si cabe.
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...Que a mí me gustaría poder hacerte feliz.
2 comentarios Publicado por Catherine Heathcliff en 12:31Una declaración. Un regalo. Nada más que decir. Sólo oir; escuchar.
Parte de la banda sonora de mi vida, una vez más.
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