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... y 2010 agoniza...


De todos es bien sabido que cuando un año expira y otro nuevo comienza es cualidad inherente del ser humano hacer examen de conciencia e intentar analizar y comprender qué han supuesto para él/ella esos 365 días de su vida. Como ya hice hace exactamente ese tiempo, este es mi personal balance de este año agonizante…

01. ¿Qué hiciste en 2010 que no hubieras hecho nunca antes? Echarle valor y cara al asunto y abrir mi corazón a una persona por la que sentía algo más que simple amistad. Y oigan ustedes, ¡ir a la feria de abril de Sevilla por primera vez en mi vida!

02. ¿Cumpliste tus propósitos de año nuevo, y harás más para el próximo año? Nunca hago propósitos para el nuevo año, así que no sé qué responder a esta pregunta.

03. ¿Alguien cercano a ti tuvo hijos? ¡Sí! Eli y Hermi. ¡Niños preciosos!

04. ¿Alguien cercano a ti murió? Afortunadamente, no.

05. ¿Qué países has visitado? España, por supuesto.

06. ¿Qué querrías tener en 2011 que no tuviste en 2010? El año pasado no pedí nada y fue un año horrible. Ahora voy a volverme egoísta y pedigüeña: SALUD, para los míos y para mí.

07. ¿Qué fecha de 2010 se te quedará grabada en tu memoria, y por qué? 12 de mayo de 2010, día en que a mi padre le diagnosticaron un cáncer de colon. Toma patada rastrera en el hígado de la vida esta.

08. ¿Cuál ha sido tu mayor logro este año? No volverme loca, definitivamente. Menudo añito, señores, menudo añito.

09. ¿Cuál ha sido tu mayor fracaso? Darme cuenta que mis padres no son eternos, y creo que esta certeza era el último vestigio de infancia que me quedaba.

10. ¿Has sufrido alguna enfermedad o daño físico? Una amigdalitis que me duró 20 días. Tras varios diagnósticos, entre ellos, mononucleosis, amigdalitis pultácea fue el definitivo, complicado al no darme de baja y seguir trabajando con la voz.

11. ¿Cuál ha sido la mejor cosa que has comprado? Diría que mi móvil táctil, pero tampoco es nada del otro jueves. Así que no saldremos de lo habitual: dvds, libros, cds, ropa, etcétera, etcétera, etcétera.

12. ¿El comportamiento de quién mereció alabanza? El de mi padre, luchador nato. El de mi madre, el gran pilar de mi casa.

13. ¿El comportamiento de quién te decepcionó? Buf, ¿por dónde empiezo?.

14. ¿A dónde fue la mayor parte de tu dinero? En lo de siempre: películas en dvd, cds, libros, ropa, zapatos, complementos y cosmética. Y en gasolina; las visitas al hospital fueron una constante durante seis meses.

15. ¿Qué te hizo mucha, mucha ilusión? Que mi padre saliera adelante. Conocer a ¡Fraaaaan! Un ejemplar de Wuthering Heights, editado en 1943. Olé ahí, calidad. Reencontrarme con Guada y Ayrim.

16. ¿Qué canción te recordará siempre 2010? Todas las de Muse.

17. Comparado con el año pasado, eres: Muchísimo más pesimista.

18. ¿Qué quisieras haber hecho más? Sujetarme la lengua.

19. ¿Qué quisieras haber hecho menos? No haber entregado mi corazón.

20. ¿Cómo pasarás las Navidades? Con mi familia, es decir, mis padres.

21. ¿Cómo pasarás la Noche Vieja? Ídem. Y con mis tíos. No sé qué pasará después, ni si finalmente recibiré la invitación de última hora para la ronda de rigor por los pubs de la localidad. Psé, nada del otro jueves.

22. ¿Te enamoraste en 2010? Ya lo estaba el año anterior; este año se realizó ese amor.

23. ¿Cuántos rollos de una noche? Mantengo la respuesta del año anterior: “ninguno, pero no sólo en 2010, siempre, que yo no soy de esas cosas”. Y añado: pero tristemente, ha habido este año demasiados Willoughbies y ningún coronel Brandon. ¡Es que no cumplen “el requisito”!

24. ¿Cuál fue tu programa de televisión favorito? The Big Bang Theroy. Bazzinga! Cómo conocí a vuestra madre. ¡Legendario!

25. ¿Odias a alguien que no odiases el año pasado? Yo no tengo tiempo ni para odiar a nadie.

26. ¿Cuál fue el mejor libro que leíste? La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu.

27. ¿Cuál fue tu mejor descubrimiento musical? Dionysos. Yo sé que a mi Fran le gustaría que pusiera alguna de Torrezno, pero es que… venga, va, vamos a poner “The Perfect Drug” y “Closer”, aunque esa letra todavía hace que menee la cabeza.

28. ¿Qué querías y obtuviste? ¡Ser tutora! ¡Yupi! Tenía un montón de ilusión por ello, y mira, confiaron en mí. Uno de los mejores regalos de mi vida, reto profesional y una experiencia inmejorable.

29. ¿Qué querías y no obtuviste? Un encuentro “Fnaciano”. Mi Patri sabe a qué me refiero…

30. ¿Cuál fue tu película favorita este año? Origen, Memento y Lejos del mundanal ruido (recomendación “Fnaciana” total).

31. ¿Qué hiciste en tu cumpleaños y cuantos cumpliste? Pues lo celebré dos veces, y por todo lo alto. Uuuuuuuuh… para más información, vean las fotos, por favor, ya saben dónde.

32. ¿Qué única cosa hubiera hecho tu año incalculablemente más satisfactorio? Haber pedido salud para 2010 al final de 2009.

33. ¿Cómo describirías tu concepto de la moda en 2009? En esta también mantengo la respuesta del año pasado: “pues sigo el patrón Catherine Heathcliff: todo debe ir conjuntado al milímetro. Y bueno, soy rematadamente pija. Pero con cerebro, que conste”.

34. ¿Qué te mantuvo en tu sano juicio? Mi trabajo. Mi trabajo. Mi trabajo. Mi madre. Y mis charlas y encuentros con Patri.

35. ¿Qué figura pública te gustó más este año? Matt Bellamy. Si la personalidad “Fnaciana” (Patri me entiende) cuenta como figura pública, pues también. Pero me da a mí que con este último ya en 2011 cambiará la cosa…

36. ¿Cuál ha sido tu videojuego favorito este año? Nunca he jugado con videojuegos, pero me pirro por una Nintendo DS (que no tengo) y por el Art Academy. Reyes Magos, tomad nota, ¿vale? Que no tomaréis, pero bueno.

37. ¿Quién ha hecho el mayor número de cameos en tus sueños este año? Mantengo también la respuesta del año anterior: “a saber... si mis sueños están siempre llenos de bichos y criaturas horripilantes, dignos de psicoanálisis profundo. Oye, pero nunca sueño con vampiros, con lo que me gustan. ¡Ofú!”.

38. ¿A quién echaste de menos? A los que más quiero.

39. ¿Quién fue la mejor persona que conociste? A mi Fran. A la personalidad “Fnaciana”, aunque ya dudo de esto también. A Carmen. A Sabri. A Elena. Y sobre todo, mantener a Mª Carmen y a Patri a mi lado.

39. Dinos una valiosa lección que hayas aprendido en 2010: Distanciarme de los sentimientos que pueden causarme dolor. Ser siempre fiel a mis principios y a mi conciencia.

40. Quotea una canción que resuma tu año: Invincible, de Muse.
Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Un año más, de Mecano.

Smile!

Porque no hay nada mejor que despedir el año con una sonrisa. Y es que a mí me encanta esta escena...




Feliz Navidad a todos (otra vez).

Catherine Heathcliff.

Christmas is all around me...

Feliz Navidad, de corazón. Os deseo infinitas risas, así que... ¿por qué no empezamos por aquí?





Querido diario


Me resulta curioso el efecto que un simple blog puede tener en sus creadores. En los tiempos que corren, tener un blog es rematadamente normal, habitual, y a menudo, casi obligatorio.

¿Por qué Catherine Heathcliff comenzó un blog hace ya más de dos años?

En mi caso, nada tenía que ver con la moda a la que todo el mundo se apuntaba; lo mío obedecía más bien a mi pasión por la escritura. Siempre me he considerado escritora aficionada, así que podría dar rienda suelta a mis inquietudes literarias a través de un pequeño rinconcito que llegara a relativamente poca gente. Y aquí estoy. Paulatinamente, este blog se ha ido convirtiendo en parte de mí, tanto es así que casi, casi, casi podría considerarse un diario. Escribo prácticamente de todo, y es relativamente fácil para mí encontrar la más ínfima inspiración para dar rienda suelta a la celeridad de mis dedos sobre el teclado.

Ayer revisaba viejas entradas sentada en el salón de mi piso sevillano con mi amiga Carmen. Eso me dio que pensar. Mucho de lo aquí escrito son capítulos de mi vida anterior, algunos inconclusos, y muchos otros con el punto y final puesto desde hace tiempo. Y pensé en quitar algunos, en suprimir párrafos en vigentes entradas... porque de algunas cosas ahí escritas no sentía ni por asomo ya lo que me inspiró a escribiras.

Pero...

...si hiciera tal cosa, supondría que estoy rechazando, negando, olvidando, dando la espalda a mis etapas anteriores, a mi vida. Siempre me he jactado de no arrepentirme de nada, y me sigo manteniendo. ¿Por qué borrar, pues, escritos que desnudan mi ser?

202 entradas son muchas, ingente material. Todo ello son piezas de mí, de Catherine Heathcliff. Sin trampas ni dobles lecturas. La Catherine más sincera se halla indefensa y vulnerable entre cada línea de A Cuckoo's Tale.
Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Dear Diary, de Travis (The Invisible Band).

Memento (2000), de Christopher Nolan


Gracias, Adri, por regalarme la película

Sinopsis: Leonard “Lenny” Shelby viste trajes caros, conduce un Jaguar y paga sus facturas con gruesos fajos de billetes. Aparentemente, parece un hombre de negocios de éxitos, pero sin embargo, se hospeda en moteles baratos. Víctima de una grave enfermedad que no le permite recordar nada de lo inmediatamente vivido después de quince minutos, su existencia es una continua búsqueda del criminal que violó y asesinó salvajemente a su mujer. Obsesionado con esta idea, complicada con su rara dolencia, sobrevive a base de notas constantes por doquier, instantes fotografiados en su Polaroid para no olvidarlos y un sinfín de tatuajes por todo su cuerpo para siempre recordar.

Todavía está por ver que mi querido e idolatrado Christopher Nolan haga algo que no me guste. Es que aún no he visto ni una sola creación suya que no despierte mi total y completa adoración. Tan sólo me quedaba por ver Memento, visionado postergado aún no sé por qué motivo. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, dicen, y bien cierto que es. Nunca es tarde para disfrutar a Nolan, así que eso hice.

La película es Nolan en estado puro; no debes perder ni un solo segundo de visionado, pues se corre el riesgo de perder el hilo de la proyección. No sólo eso, sino que la tradicional estructura lineal de hecho, cadena de eventos, desarrollo y desenlace se rompe en esta película para crear una sucesión de imágenes que van justamente al contrario, en sentido inverso. Vamos, que la peli está al revés, señores. Ocurre un poco como Origen (2010), salvando las distancias, en la que la estructura es como la de las muñecas rusas, valiéndose de los sueños: un sueño dentro de otro, y éste dentro de otro más. Si hay algo que caracteriza a las creaciones de Nolan, es precisamente su innovador retrato de la cadena de eventos. Olé, Christopher. Quizá sea por eso por lo que Memento está en el puesto vigésimo quinto dentro de las mejores 250 películas de la historia, según la lista de IMDb.

Pocos actores, poquísimos. De hecho, casi podríamos decir que Guy Pearce es la voz cantante de la película. Carrie Ann-Moss y Joe Pantoliano son piezas del tremendo rompecabezas que es la mente de Leonard. Gran trabajo de Pearce, ¿por qué no se prodigará más este hombre, y cuando lo hace, suele escoger tan mal?

A mí me ha encantado, queridos y escasos lectores de este, mi humilde blog. No sólo porque es Nolan, y no sólo por las interpretaciones o la historia en sí, sino porque hace reflexionar: ni los malos son tan malos, ni los buenos lo son tanto. El olvido y el recuerdo… variables relativas, porque más allá de una enfermedad, ¿quién no recuerda lo que quiere y hace lo propio con el olvido?

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Oblivion, de 30 Seconds to Mars.

Asesinato


Pregunta: ¿Qué es lo que mata una relación?

Posibles respuestas, en orden aleatorio: Una infidelidad. Una mentira. La violencia, verbal y física. El hastío. El conformismo extremo. El inconformismo extremo. La pasividad. La traición. La ausencia de confianza. La falta de autoestima. La humillación. La auto-humillación. La distancia real, física y metafórica. Una tercera persona. Un recuerdo.

¿Existen más?


Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: 9 Crimes, de Damien Rice.

Donnie Darko (2001), Richard Kelly


Entrada dedicada a ti, Fran. Gracias.

Sinopsis: Donnie Darko es el perfecto chico americano. Es brillante en los estudios, inteligente, dotado de una inteligencia sublime y su familia es ejemplar. Sin embargo, un día sobrevive milagrosamente a un accidente -la turbina de un avión se estrella directamente en su cuarto- y a partir de ahí, comienza a tener visiones: un enorme conejo, llamado Frank y de aspecto diabólico, le dice que el mundo se acabará en 28 días, 6 horas, 42 minutos y 12 segundos y que debe hacer lo que él ordena para evitar la tragedia.

Genial. Ese es el mejor adjetivo para describir la película. Es, sencillamente, genial. Resulta curiosa la historia que ha rodeado esta película en torno a mí. Hace tiempo, Seakermdc me la recomendó, ¿cuántas veces?, cien mil millones, probablemente. Y mucho tiempo después, AlphaMale hizo lo propio. Y yo no es que rehuyera el verla; simplemente, no me llamaba la anteción, más allá de la versión de Mad World de Tears for Fears que Gary Jules hizo para la banda sonora de la película. Pero esta vez no tenía escapatoria: AlphaMale me la regaló en dvd para mi cumpleaños -entre otras muchas cosas-. Y nada, ahí que me aventuré por el universo "darkiano"... ¡y menudo viaje!

A caballo entre la ciencia ficción y el cine fantástico, Donnie Darko es un viaje onírico en el que varias realidades se superponen de manera paralela para converger en un mismo desenlace, un final en el que todo es resultado y consecuencia de un hecho inmediato. No sólo eso, sino que esta película hace reflexionar, y mucho. ¿Quién es el enajenado, realmente? Aclimatarse a una determinada forma de vida no hace sino anquilosar al ser humano; el valiente, el transgresor, el que sigue sus propias normas, es el condenado al ostracismo... pero voluntario. Las apariencias engañan, y una persona totalmente respetable puede esconder a un peligroso pederasta, a una joven con sentimientos profundos y silenciosos hacia el chico al que ama, a una madre que esconde y proyecta sus propias frustraciones sobre su propia hija, o a una chica con un triste y cruel pasado, que enmascara tras su seriedad y dosificando su implicación sentimental para evitar así ser más vulnerable de lo que ya es.

En general, la película es una auténtica joya: la dirección, la fotografía, la banda sonora... es imposible encontrarle ni una sola pega. En lo que se refiere a las interpretaciones, todas son estupendas, pero yo me quedo, particularmente, con Jake Gyllenhald -por supuesto-, con Jena Malone, y por encima de todas, con el desaparecido Patrick Swayze. Grande.

En definitiva, muy recomendable... pero eso sí: no se pueden despegar los ojos de la pantalla, no sólo porque la proyección atrape despiadadamente al espectador, sino por su propio bien: un mínimo detalle que se escape... y toda la cadena de eventos se desmorona. A la larga, va a resultar que todos somos esquizofrénicos, como Donnie, y que no queremos escuchar a nuestro propio Frank, ese conejo que tras su diabólica máscara nos contempla en una distancia relativa.

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Mad World, de Gary Jules (Donnie Darko Soundtrack).

El mejor piropo del mundo


La semana pasada creo que fui testigo del mejor piropo del mundo lanzado hacia mi persona. Un alumno mío me dijo:

"Señorita, es que contigo dar clase es un gustazo, porque eres muy aseada. Vas siempre muy arreglada, muy bien vestida y peinada, con tus tacones, pintadita... y hueles bien, 'seño', hueles muy bien. No sé, señorita... ¡eres higiénica!".

Bien. De todas las cosas posibles de este mundo mundial, ahora resulta que soy HIGIÉNICA. Anda, mira, como el papel.

Cuánto me alegro... y yo sin ser consciente de ello...

Me alegro, me alegro.

Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Just the Way You Are, de Bruno Mars.

¡Salta!


Es fácil sentir que, a veces, en nuestra vida, estamos al borde de un precipicio, listos para saltar. Sabemos hacerlo, queremos, y lo que es mejor, conocemos a la perfección cómo preparar nuestro cuerpo para recibir el impacto sin lastimarnos. Al fin y al cabo, ahí abajo nos espera la felicidad y la sonrisa perenne.

Pero, ¿qué nos detiene? ¿Qué me detiene?

El temor a equivocarme me tiene anclada al rocoso suelo, sujeta firmemente, y cualquier intento de moverme resulta infructuoso.

¿Qué debo hacer para liberarme?

A lo mejor la clave está en seguir contemplando el fondo y valorar la magnitud del salto. Y no saltar, no saltar, no saltar... aunque sepa que no me va a lastimar. O saltar, saltar, saltar... aunque sepa que me estoy equivocando...

... o no.

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Playing with Fire, de Brandon Flowers (Flamingo).

Do you speak English?


Estos días ando más hasta arriba de trabajo de lo habitual, así que sabía ya de antemano que este fin de semana no iba a hacer nada especial, tan sólo liarme la manta en la cabeza, pijama de Hello Kitty puesto, y enfrascarme en el ordenador durante estos tres días. Sin embargo, también necesitaba hacer una visita a mi Sancta Sanctorum: la Fnac. Sucede lo que pasa siempre que voy a la Fnac, y es que acabo comprando más cosas de las que inicialmente tenía planeadas. Ayer no fue la excepción: iba con el firme propósito de llevarme el último cd de James Blunt.

Que a mí la Fnac me encanta no es ningún secreto; el problema es que tanta información acaba por abrumarme. Por esta razón, la mayor parte de veces voy directamente a los encargados. Yo no encontraba el nuevo de James Blunt por ninguna parte, así que me acerqué a la muchacha del mostrador. Lo que a continuación detallo sucedió tal cual:

CatherineHeathcliff: Hola, perdona, una preguntita: ¿el último de James Blunt, por favor? (yo pronuncié el apellido del cantautor inglés con "u").
ChicaFnac: Sí... ahm... de James Blunt, ¿no? (y ella pronunció el apellido con "a". A mí ya me empezó a tocar las narices un poco porque... lo tomé como una corrección en toda regla).
CatherineHeathcliff (con cejas de incredulidad levantadas): Sí, ese. Es que voy buscando el último cd, que ya no sé si ha salido a la venta o no, y bueno, para llevármelo, si es que sí.
ChicaFnac: Sí, el ordenador me dice que sí... el cd es "Sommmmmmme Kindddd of Tttttttrrrrrrroubleee", ¿verdad? (en cursiva aparece el título real del cd, que es Some Kind of Trouble. ¿Por qué lo escribo de esa manera? Porque la chica en cuestión sacó todo su alarde anglosajón y me pronunció esas cuatro palabras de la manera más exagerada posible. [Ironic Mode On] Ahí, Catherine, que te quede claro que la chica controlaba el inglés, y no sólo tú, habráse visto, ¿serás creida? [Ironic Mode Off].
CatherineHeathcliff: Eeerrmm... esto... sí, ese, ese. ¿Está?
ChicaFnac: Pues sí, sí lo tenemos. Mira, ve a ese estante de allí y búscalo, está por la "B" (Catherine pensaba: [Ironic Mode On] "sí, por la "b" de "BlAnt" [Ironic Mode Off]). Búscalo por allí, seguro que lo encuentras.
CatherineHeathcliff: Gracias... (y Catherine añadió: "no muevas el culo para dármelo, se te vaya a caer el cachete izquierdo". Hubiese estado guay que se lo dijera de verdad, no mentalmente, como hice. Es que tengo mucha educación...).

Pues ahí tenemos a Catherine buscando su cd, acordándose de los santos difuntos de la muchacha, porque si hay algo que me guste de la Fnac es la atención que recibo: siempre cordial y amable, con una sonrisa, y que además, los chicos y chicas que allí trabajan suelen darte lo que estás buscando, no mandarte al estante donde están las cosas, más que nada porque ellos saben exactamente dónde está tal o cual cosa. Pero si hay algo que me molestó sobremanera es el alarde de presunción de la muchacha. Oiga, lo mismo era hasta filóloga, quién lo sabe, pero yo también lo soy, y sé que el apellido del soldado músico se dice con la "a" que fonéticamente se representa con un triangulito sin base. Toma, niña de la Fnac, ¿has visto? Si yo sé de lo que hablo. Pero me parece innecesario alardear cuando no hace falta... no sé. Y las correcciones a destiempo. Es como si yo hablo de mi sistema operativo Windows Vista Home Premium con mi compañero de informática del cole y le digo: Windous Vistttta Houm Prrrrimiuum. Porfa "plis", que hay que relativizar...

Because I speak English, of course, but I don't boast about it!

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Vamos a homenajear al músico inglés de la discordia: These Are the Words, de James "BlAnt" (Sommmmmme Kinndddd of Ttttttrrrrrrrroooooouuuubllllleeeee).

...Happy birthday to me...

"Happy birthday", sang Topo Gigio...



Catherine Heathcliff.




A los 25 años


A los 25 años, trabajaba de profesora de inglés de 1º de secundaria en un colegio concertado de Sevilla. A los 25 años, me hicieron tutora de 33 niños de 1º ESO. Ampliación de contrato, una ligera subida de sueldo, que contemplé como agua de mayo. Henchida de orgullo, siempre lo he considerado un ascenso, porque aunque supone muchísimo más trabajo y muchísima más responsabilidad, lo disfruto cada día como si fuera el primero. Repetería como tutora este año y muchos más.

A los 25 años, vivía en una de las ciudades más hermosas de la tierra: Sevilla. Pasé de un piso ruinoso a otro reformado de principio a fin, y en una situación privilegiada de mi barrio: desde mi ventana del salón, veo el patio de mi colegio, y oigo la sirena y el timbre que nuestro bedel toca al principio y al final de cada clase; justo en frente, tengo la sucursal bancaria para pagar el alquiler y facturas varias, con lo que me puedo permitir el lujo de bajar en pantuflas de las Super Nenas y pijama de Hello Kitty para pagar el alquiler, si quiero; mi peluquero, José, tiene su establecimiento al cruzar la calle, y justo delante, tengo una parada de autobús para ir al centro. Y lo mejor de todo: una de mis mejores amigas vive en el portal de al lado... ¡la de tardes de café que hemos tenido en mi piso!

A los 25 años, me enamoré de medio a medio. Y me dio tiempo también a construir castillos en el aire, para después derrumbarlos muy gustosa ladrillo a ladrillo, poco a poco, con paciencia y deleite cargado de desilusión y hastío. Hoy día, donde antes había un enorme castillo con vistas al mar, queda sólo un solar y un recuerdo perdido en mi memoria.

A los 25 años, te conocí a ti, mi querido amigo Fran (mi Francisco). Me incomoda, me molesta, me entristece, me agobia, me aterra increíblemente imaginarme la vida sin ti. Por favor, conspira siempre conmigo para que eso jamás ocurra, para que siempre seas mi amigo...

A los 25 años, conocí a gente maravillosa, y a gente que no lo fue tanto. Sin embargo, me quedo, sin duda, con las personas que, hoy por hoy, pueblan mi corazón. Ya no me importa dar nombres en mi blog, porque esos nombres forman parte de Catherine Heathcliff: Ana, Carmen, Concha, Elena, Luis, Sabrina... parece increible albergar tanto cariño por personas que hace tan poquito que se conoce... Y a los 25 años, tuve la inmensa suerte de seguir contando con mis dos grandes amigas aquí en Sevilla, las que me abrieron las puertas de su casa, de su familia y de su amistad, cuando sólo me conocían de nuestras mañanas en el colegio; gracias, Mª Carmen y Patri.

A los 25 años, Mariola, Pilar (¡mis peluchitos!), María, Tere, Chema, Juani, Javi, Carmen y Paco me siguieron regalando su cariño incondicional. Y volví a cruzar mi camino con Guada y con Ayrim; tiempo atrás, pequeños malentendidos sin sentido provocaron que caminásemos en direcciones opuestas. Me alegra saber que os tengo de nuevo ahí... no nos perdamos de nuevo, ¿de acuerdo?

A los 25 años, vi cómo a mi padre le diagnosticaban un cáncer. Creí que era imposible, pero a la vida le gusta jugar al boxeo y golpea con frecuencia dolorosos uppercuts. A los 25 años, fui testigo de que mi padre sufriera un tromboembolismo pulmonar y casi, casi, casi se nos va. A los 25 años y tras seis meses de sufrimiento, puedo decir que mi padre ha vuelto a nacer. Y mi madre y yo también. A los 25 años, puedo decir con la boca llena que mis padres, los dos, siguen a mi lado. Y por muchos años, porque me hacen mucha falta.

A los 25 años, he estado más enferma que en toda mi vida. Amigdalitis infecciosa. 20 días arrastrando dolores de huesos, dolor de garganta... la ingesta de comida y bebida era trabajo para Ethan Hunt, no para mí, a diario. Firmo ahora mismo si eso significa que será lo más enferma que estaré en mi vida.

A los 25 años, la lectura de mi Trabajo de Investigación es inminente. Y ardo en deseos de que así sea, y por fin decir que hay capítulos de un libro abierto que se van cerrando poco a poco.

Mañana cumplo 26 años. Y abandonar el cuarto de siglo me entristece terriblemente, pero tengo la inmensa suerte de pensar que lo vivido no ha sido tan malo. Ojalá que los próximos 365 días sean la mitad de buenos que estos y estén tan cargados de buenos momentos...

...porque a la larga, nos nutrimos de los buenos, como de la vitamina D del sol. Los malos, ¿para qué conservarlos? Se esconden en un lugar de la memoria, y allí permanecen, como malos sueños. Vista al frente, nunca mirar atrás.

Gracias a todos, gracias a todo. Mi corazón es vuestro.

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Don't Look Back, de She & Him (Volume II).

Reencuentros




Yo puedo decir que, en todos los sentidos, no soy la misma de hace, no sé, ¿dos años? Me asusta saber que, ahora, en este momento, justo ahora, estoy bien. Me siento bien en todos los sentidos, tranquila, que no es poco. Y agradecida de que mi familia, ahora mismo, esté bien. Ahora sí, después de todo.

Y ahora, justo ahora, me ha hecho feliz reencontrarme contigo, Ayrim.

Después de todo, después de tantas cosas...

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Into the West, de Annie Lennox (The Lord of the Rings: The Return of the King Soundtrack).


Entrada dedicada a ti, Adri. Te prometí que la escribiría. Gracias, una vez más, por el detalle de regalarme esta película.

Sinopsis: Oskar (Kare Hedebrant) es un niño tímido de 12 años. Acosado continuamente por sus compañeros de colegio, sueña en secreto con matarlos a todos. Eli (Lina Leandersson), una misteriosa niña de su edad, llega a su mismo edificio, convirtiéndose así en vecinos y en íntimos amigos. La llegada de Eli coincide con una serie de inexplicables muertes. Oskar sabe el secreto de Eli: es un vampiro. A pesar de esto, la amistad de ambos está por encima de todos los temores posibles.

Aquí, señoras y señores, tenemos un claro ejemplo que rompe la ecuación inalterable por todo el mundo sabida: historia de vampiros = Catherine Heathcliff "flipándolo en colores", si se me permite el giro coloquial. Pues no, lo siento, pero no. No es el caso. Aunque sé que me repito, Déjame entrar me parece una película tremendamente sobrevalorada. Para mí, no es más que otra historia de adolescentes típica (rechazo, marginados sociales, dos criaturas bastante retrotraídas que se encuentran, éxito asegurado en su íntima singularidad), disfrazada, eso sí, de cine de autor. Es que ya el hecho de que la película sea sueca ya hace que la miremos con ojillos de respeto. Porque, ¿cuántas pelis suecas cruzan las fronteras escandinavas al año? A ver, a ver... con los dedos de una mano, y si llega.

La historia de Oskar no es nueva. ¿Un marginado social en el contexto escolar? Por Dios, no hace falta ver una película, y hablo con conocimiento de causa, pues soy docente. ¿Deseos violentos? Todos los tenemos, y quien diga que no, falta a la verdad como un bellaco. Y la sensación de haber encontrado una media naranja espiritual, unidos por un punto en común que nos diferencia del resto... típico cliché romanticón. Porque vamos a ver, ¿qué narices pinta aquí el tema vampírico? Además de que me parece totalmente absurdo y metido con un calzador y una palanca, vaya vampiresa tenemos aquí con Eli. Hubo momentos, y no me importa confesarlo, en que a mí la niña en cuestión me erizaba los pelillos de la nuca, y creo que la culpa de eso la tuvo Oskar cuando le dijo: "hueles raro". Desde entonces, no pude evitar ver a Eli como una criatura bastante desagradable (que de hecho, ese era el propósito del director), e incluso parecía que en mi habitación, mientras proyectaba la película, olía a cementerio: a cadáver. ¡Qué gráfica soy! Lo sé. Pero hasta ese punto me pareció ilustrativo el comentario de Oskar y la caracterización bastante repulsiva de Eli. Y es que yo no culpo a la pobre niña, la verdad; culpo mi idea patológicamente preconcebida de que un vampiro es todo glamour. Demasiado Lord Ruthven, demasiada Carmilla, demasiado Lestat de Lioncourt. En cualquier caso, la chavalita me pareció lo más desagradable que he visto en mucho tiempo, y repito, sé que esa era la idea de la proyección: que queden claros los marginados sociales. Oh, Dios... ¡soy una snob! Churretes sanguinolientos y lametones al suelo aparte, creo que Déjame entrar no se puede ver padeciendo amigdalitis pultácea y con fiebre, como yo hice. Nonononono, definitivamente no.

De todos modos, no dejo de reconocer que la película tiene planos y escenas memorables. Mi favorita: cuando Oskar se lava los dientes con su madre. Grandiosa. Y otra cosa digna de mencionar de la proyección es el inhóspito paisaje; nieve por doquier, poca población, desolación absoluta: enajenaría a cualquiera.

Hollywood ya ha estrenado su particular versión, (Let Me In, 2010), de Matt Reeves. Seguro, seguro, seguro que habrá más sangre y más higadillos. Y yo supongo que la veré, por esa curiosidad mórbida que siempre puede más que mi voluntad.

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Damned & Divine, de Tarja Turunen (My Winter Storm).

¿Cuándo sabemos que...?


¿Cuándo sabemos que estamos enamorados?

Adri me dijo el otro día que una amiga suya tenía la respuesta: cuando te despertabas por la mañana y él o ella era lo primero en lo que pensabas al abrir los ojos. Yo estoy de acuerdo, pero no creo que sea la única teoría. La mía, además, incluye otra condición: que tu mundo ya no sea tuyo, sino de dos; incapaz de pensar por ti mismo, ahora lo haces por dos, y todo eso ocurre sin que te des cuenta. Llegado el día, te paras a pensar que tu vida ya no te pertence, la has desdoblado. Y eres feliz por ello... aunque si el desenlace no es el esperado, cuesta toda esa doble vida entera volver a convertirla en una sola.

¿Cuándo sabemos un profesor que es bueno en su trabajo?

En un día de huelga general, el país entero se colapsa. Respétenme a mí, por favor, por ejercer mi derecho a ir a trabajar. El país se levanta trabajando, no parándolo. Obviando los candados puestos por los piquetes en las tres puertas de mi colegio, un profesor se da cuenta de que es bueno en lo que hace cuando de repente se percata de que el temor a la huelga no es por él mismo, sino por la seguridad y la integridad de los pequeños a los que da clase.

Porque yo hoy me he levantado con el temor de que a mis niños les pasara algo... y a la vez me he dado cuenta, una vez más, de lo que implica enamorarse, estar enamorado o haberlo estado alguna vez.

En ocasiones, los pensamientos se aferran a nosotros mucho más fuertes que esos candados. ¿Dónde está la llave maestra?

Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: The Sounds of Silence, Simon & Garfunkel.

Marcel Proust pregunta


Tengo una compañera de trabajo que es un tesoro. Es la nueva profesora de francés y tuvo a bien enviarme un regalito: un cuestionario realizado en su tiempo por Marcel Proust. Y como me dijo ella, sería interesante responderlo... y en eso estamos, pues.

Mi muy estimado Marcel Proust, con su venia.

Comencemos:

Se recuerda a Marcel Proust por su trabajo como novelista (En busca del tiempo perdido) y su vida extravagante, pero también por la publicación de un cuestionario: un cuestionario destinado a descubrir la personalidad y el carácter de quienes respondían. Proust comenzó a utilizar este cuestionario en su domicilio, frecuentado constantemente por visitas mundanas, y poco a poco se convirtió en divertimiento y curiosidad en los salones literarios del París del siglo XIX. ¡Responde a tu vez al cuestionario!

1. ¿Cuál es mi virtud preferida? Inteligencia.

2. ¿Cuál es el principal rasgo de mi carácter? Altruismo.

3. ¿Cuál es la cualidad que aprecio en un hombre? Inteligencia. Soy un ajo: me repito.

4. ¿Cuál es la cualidad que aprecio en una mujer? Bondad.

5. ¿Cuál es mi principal defecto? Demasiado carácter.

6. ¿Cuál es mi principal cualidad? Constancia.

7. ¿Qué es lo que más aprecio en mis amigos? Su amistad.

8. ¿Cuál es mi pasatiempo favorito? Leer.

9. ¿Cuál es mi sueño de felicidad? Echar raíces en Sevilla.

10. ¿Cuál es mi mayor desgracia? No tener a mi lado a los que quiero, y lo que es peor, a muchos de ellos jamás podré volver a tenerlos a mi vera.

11. ¿Quién me gustaría ser? Soy Catherine Heathcliff y me gusta serlo.

12. ¿Cuál es el país donde me gustaría vivir? Dos: por orden de preferencia, España siempre. Reino Unido después.

13. ¿Mi color favorito? El azul.

14. ¿La flor que más me gusta? La rosa.

15. ¿El pájaro que prefiero? El gorrión.

16. ¿Mi libro favorito? Cumbres Borrascosas.

17. ¿Mis héores o heroinas de ficción? Heathcliff y Catherine.

18. ¿Mis compositores favoritos? ¿Compositores clásicos? Prokofiev y Beethoven. ¿Actuales? Matt Bellamy, Chris Martin, Mike Oldfield y Sting.

19. ¿Mis pintores favoritos? Gustav Klimt.

20. ¿Mis héores o heroinas en la vida real? Mi padre y mi madre.

21. ¿Mis héroes históricos? Emily Brontë.

22. ¿Mi plato y bebida favoritas? La comida de mi madre. Agua. Tan simple como eso.

23. ¿Lo que más detesto? La hipocresía y la ignorancia.

24. ¿Personaje histórico que más detesto? Robespierre.

25. ¿El hecho histórico que más detesto? Las guerras mundiales. Las dos... y pronto diré que las tres, tal y como va el mundo.

26. ¿El don de la naturaleza que me gustaría poseer? Volar. Muy típico, lo sé.

27. ¿Cómo me gustaría morir? O bien durmiendo plácidamente, o bien en medio el clímax del acto sexual.

28. ¿El estado actual de mi ánimo? Con ilusiones, con esperanzas...

29. ¿La falta que me inspira más indulgencia? La mordacidad.

30. ¿Mi lema? Ama.
Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Complainte de la butte, de Rufus Wainwright (Moulin Rouge Soundtrack).

¡¡¡¡¡Azúcar!!!!!


"Eres el azúcar personificado. Podrías matar a un diabético".

Eso es lo que Doctor Who dice de mí, y yo no sé si tomármelo como un cumplido o no.

Lo cierto es que, más que un cumplido, debe ser una biológica realidad, porque yo ahora mismo estoy intoxicada. Envenenada. Este fin de semana, en Sevilla, me picó un mosquito. O nueve, porque tengo nueve ronchas por todo el cuerpo, a cada cual más gorda. Se ve que tengo terrones de azúcar corriendo por mis venas, en lugar de glóbulos rojos.

La verdad es que lo he pasado muy mal, hasta que ayer se me ocurrió atiborrarme de leche sola y fría, sin azúcar. Dicen que es lo mejor para contrarrestar el veneno de algunas picaduras, PapáCatherine dixit. Ya estoy mejor, pero madre mía, lo que he padecido: picores abominables por todo el cuerpo, ronchas descomunales, sudor y calor, mucho calor, que no aliviaba con nada.

Si era una picadura de mosquito tigre... ¡podría tener el dengue africano! ¡Oh, Dios mío, oh, Dios mío!

Pero he sobrevivido. Y es que bicho malo con la sangre almibarada...
Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Funkier Than a Mosquito's Tweeter, de Nina Simone.

Centurion (2010), de Neil Marshall


Sinopsis: estamos en Bretaña, en el año 117 de nuestra era. Un grupo de soldados romanos pertenecientes a la legendaria Novena Legión lucha por salvar sus vidas después de que sus compañeros perezcan tras un fortuito e inesperado ataque de la guerrilla local. A pesar de la dureza de la Novena, las cosas no salieron como esperaban. Los supervivientes, liderados por Quinto Dias (Michale Fassbender) intentan encontrar a su general, rehén de los pictos, aunque también su misión consistirá en llegar a la frontera y salvar sus vidas, pues las hordas bárbaras, lideradas por la fiera y vengativa Étain (Olga Kurylenko), los persiguen sin descanso para darles muerte.

Yo tengo una duda que me carcome: ¿es necesario incluir tanta sangre, vísceras y miembros cercenados en una película pseudo-histórica? Épica, aventuras... ¿por qué tantas cabezas saltando de cuellos, tantos ojos espachurrados y piernas cortadas? Es que yo no lo entiendo ni lo entenderé nunca. Porque cuando una ve estas cosas se le atraganta todo en el cine, y eso que yo no comía palomitas, sino un simple chicle de sandía. Me pasé media película cerrando los ojos, y no es que me diese miedo, que no, sino que es francamente desagradable ser testigo de semejante festín gore. Hombre, por Dios.

Luego lo observas fríamente y dices: leñe, si la peli en sí no es tan mala. Y es verdad, no es mala, pero tampoco una obra maestra. Te entretiene y punto. Pero yo creo que la base para eso es el personaje de Étain, que se pasa la película persiguiendo a Quinto y a sus "secuaces" y a una le da el mismo nervio e inquietud que a los perseguidos, como si lo estuviera viviendo en sus carnes. Étain es con los romanos lo que yo con los mosquitos: romano que ve, romano que destripa, sólo que yo lo hago enchufando el Kill-Paff. Creo que, pasados unos años, sólo recordaré de Centurión la fotografía gris, oscura y lúgubre, así como los paisajes. Precioso todo. La verdad es que en ese sentido está muy bien filmada.

Y Michael Fassbender, alias Quinto Dias... ¡hay qué ver, qué hombre! ¡Qué porte, qué atractivo, qué elegancia! Si es que es mi Heathcliff perfecto (algún día escribiré una entrada que explique por qué digo eso). La verdad es que yo creo que este hombre es bastante buen actor si se lo propone, y aquí me da a mí que no se lo propuso con gran ardor. Yo siempre he dicho que me recuerda horrores a Christopher Plummer en sus tiempos mozos, y está claro que aquí se aferró mucho a la estela de Plummer: señoras y señores, sean testigos de una interpretación sobreactuada y forzada, en un vano intento de insuflar un aire de guerrero (y galán) de película antigua. Vean ustedes, me gusta mucho más la Kurylenko y su ausencia total de diálogo (su personaje está mudo, pobre Étain, sin lengua porque unos romanos muy malos decidieron que estaba más guapa así cuando era una niña y que estaba mejor sin padres, de ahí su odio visceral a todo lo que huela a Roma). Es que da auténtico miedo... yo no sé si esta mujer ganará un Oscar en su vida, pero a mí en esta película me gustó un montón, porque cuando mira con ese semblante hierático da verdadero pavor.

Por lo demás, psé, todo igual que siempre. Con Centurión no hemos de esperar nada nuevo del género: clichés, clichés y más clichés sobre el honor, la venganza, la deslealtad, la corrupción del Imperio. Esas cosas. ¿Estamos siendo testigos de un género agonizante, el del péplum? Tan sólo Gladiator (2000), de Ridley Scott, supuso la GRAN excepción...

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Barbarian Horde, de Hans Zimmer (Gladiator Soundtrack).


Imagina la noche más fría de la historia. La nieve cae sobre la ciudad de Edimburgo. En lo alto de una colina nace el pequeño Jack, pero su corazón está dañado. Y por eso necesitará reemplazarlo por un reloj de madera, un corazón artificial del que dependerá su vida. Acompañemos a Jack en su aventura quijotesca desde las frías callejuelas escocesas hasta una radiante ciudad andaluza, en busca del amor. Pero, ¡cuidado!, Jack debe seguir unas reglas para sobrevivir:

Uno: NO TOQUES LAS AGUJAS.
Dos: DOMINA TU CÓLERA.
Tres: NO TE ENAMORES NUNCA.

LA MECÁNICA DEL CORAZÓN DEPENDE DE ELLO.

Deseemos suerte a Jack, y recuerda que, como en este cuento para niños grandes, todos hemos sufrido alguna vez por nuestro voluble corazón.


Hace unos cuantos días, le dije a mi querido doctor Who que sólo había dos cosas que me gustaban de Francia. Luego amplié a tres, porque había olvidado a Marion Cotillard. Ahora subo la puja: hay cuatro, hay cinco, hay seis. Mathias Malzieu es un artista de pies a cabeza, como los antiguos humanistas que lo hace todo bien. Dionysos es el grupo de música pop que él lidera, que hace música francamente buena... cantada en francés, evidentemente. Y La mecánica del corazón corre el serio peligro de convertirse en uno de los mejores libros que he leído en mi vida, y eso, tratándose de mí, lectora empedernida, ya es decir mucho.

En primero de carrera tuve una asginatura francamente inútil, llamada Teoría de la Literatura. Horrorosa. Y el profesor que tenía tampoco es que respondiera mucho a mis expectativas; más bien, iba día a día ganándose odiosos puntos gracias a su ironía proyectada sobre mí (y a su insistencia en llamarme Sara, cuando ese no es mi nombre, siguiendo el aplastante argumento de que tengo cara de llamarme Sara, según él). Lo único bueno que saqué de él fue que un día confesó en clase que siempre que iniciaba la lectura de un libro, lo hacía acompañado de un lápiz para subrayar frases o pasajes del escrito en cuestión. A mí eso me llamó mucho la atención porque yo también lo hacía, lo que pasa es que abandoné tan dulce conducta cuando él dijo que también iba lápiz en mano; se puede decir que identifiqué una cosa con la otra, así que cogí manía a eso de subrayar los libros por placer. Bueno, señor Mathias Malzieu: usted ha conseguido que vuelva a las buenas constumbres. La mecánica del corazón está lleno de mi irregular trazo subrayando a lápiz. Son tantas las frases que merecen la pena ser recordadas una y otra vez...

La mecánica del corazón es un cuento para adultos, pero un cuento delicioso, dolorosamente mágico. Evocando el niño que llevamos dentro (aunque dormido), el pequeño Jack toma de la mano al lector y lo sumerge en un mundo oscuro, lúgubre y despiadado en el que él bucea amparado en una incipiente fantasía inherente a su inocencia patológica. Jack experimenta todos los dolores y decepciones propios de la madurez progresiva, pero tras los ojos de un niño encerrado en un cuerpo biológicamente en crecimiento. Parejo a su inocencia, marcha el reloj de cuco de su corazón, un reloj de cuco ajado y más que sentenciado desde el comienzo de su vida, metáfora de la doloroza madurez a la que se ven sometidos de manera gradual nuestros corazones. Claramente autobiográfico, Malzieu abre su alma en cada página del libro, en compañía de Miss Acacia, alter-ego de su pareja real, la también cantante Olivia Ruiz. Confesiones, exámenes de conciencia y experiencias vitales agridulces se entretejen para crear una sinfonía perfectamente afinada.

En mi edición, reza una reseña a modo de publicidad: "En la estela del mejor Tim Burton. La mecánica del éxito está asegurada". Tim Burton... puede, nada me complacería más... pero yo leyendo el libro no he podido evitar sentir que era Jean-Pierre Jeunet el que dirigía mi proyección mental.

Es inevitable que sienta un puño que aprisiona mi estómago... sensación agridulce por haber terminado esta aventura. Ardo en deseos de continuar con el punto y seguido. La alargada sombra del amor, la continuación, es inminente, así que, querido little Jack, adelanta las agujas de tu reloj y haz que el tiempo corra más deprisa para continuar así leyéndote.

Título: La Mecánica del Corazón.
Título original: La Mécanique Du Coeur.
Autor: Mathias Malzieu.
Año de edición: 2009.
Editorial: Barcelona, Reservoir Books - Random House Mondadori.

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Le Jour Le Plus Froid Du Monde, de Dionysos (La Mécanique Du Coeur).


Consejos de mayores (II)


Parece normal que todos los veranos me ocurra alguna anécdota con la gente mayor de mi Úbeda de mis amores. Si en julio del año pasado protestaban por mis intempestivas horas escogidas para salir a tomarme algo, este año parece que el objeto de sus cuitas obedece a la longitud de mis vestidos y faldas varias.

A mí no me gustan las faldas cortas, y por ende, tampoco los vestidos. No es por nada en especial, tampoco; no es porque reniegue de mis piernas, ni mucho menos (en realidad, no reniego de nada puesto en mi anatomía global; es lo que hay y punto). Supongo que en verano me gustan los vestidos largos, así como las faldas, de estilo ibicenco (aunque no estrictamente de color blanco, más bien todo lo contrario), por comodidad: son frescos y puedo sentarme como me de la real gana sin temor a dejar al descubierto según qué cosas. Conclusión: tengo montones de vestidos largos y tengo montones de faldas largas, de todos los colores, formas y estampados. Y lo que es mejor: me encanta ponérmelos.

El martes de la semana pasada tenía una reunión con tres de mis antiguas compañeras del instituto. Unas risas, unas cañas, recuerdos de viejos tiempos, ternura y sonrisas nostálgicas de los tiempos pasados. Elegí para la ocasión un vestido de tirantes beige estampado con pequeñas flores rosadas y rojizas. Era hasta los tobillos, y para evitar que me pudiese arrastrar, me calcé unas esparteñas de alta cuña atadas a media pierna. Era vaporoso, fresco, elegante y, sobre todo, muy cómodo. Caminaba yo con paso presto dirección a la Avenida de Linares, lugar de encuentro con mis tres compañeras, cuando pasé por delante de cuatro abuelillas sentadas en sillas de anea en mitad de la acera en la puerta de la casa de una de ellas. Tomando el ¿fresco? No se han perdido las viejas costumbres. Silencio absoluto, enmudecen, pues una joven con vestido largo pasa por delante (en realidad me tuve que bajar a la calzada porque la acera estaba taponada por ellas mismas). Siento cómo me contemplan, me escrutan, me estudian. Silencio total. De pronto, una exclama (no sé si plenamente consciente de que la iba a escuchar):

"Vaya tela... unas llevan unas faldas que se le ve 'to'l' culo, y esta lo lleva por los tobillos y casi se lo pisa. ¡No hay término medio! Unas tanto y otras tan poco, ¡ay, Dios!".

A diferencia del episodio del verano pasado, he de reconocer que a mí esta señora me molestó considerablemente y que mi civismo y educación (de los que está claro que ella carece), me impidieron volver sobre mis pasos y espetarle:

"Pues sí, señora, lleva usted razón, pero lo llevo tan largo para esconder un premio gordo. Es que todo tiene su utilidad y su propósito".

Pero evidentemente, eso no lo hice porque mis padres me educaron muy bien, así que como diría mi madre, el oráculo, la sabia entre las sabias: "el mejor desprecio es no hacerle aprecio".

Y es que no hay cosa que soporte más que la enfermiza tendencia de muchísimas personas a negarse a tener vida propia.
Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Here Comes the Hotstepper, de Ini Kamoze.

Silogismos

Si tenemos en cuenta que:

Daniel Day-Lewis es actor. También es pintor, escritor, hace sus pinitos en el mundo de la música... hace trabajos artísticos con sus manos.


Y si tenemos en cuenta que:

Marilyn Manson es cantante, compositor y músico. También es pintor, escritor, hace sus pinitos en el mundo del cine... hace trabajos artísticos con sus manos.



... Se puede concluir diciendo que...

Daniel Day-Lewis y Marilyn Manson son: ¡la misma persona!

Queridos lectores de mi blog, aunque parezca mentira, esto no es cosa mía.

Va por ti, Doctor Who.

Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Era de esperar: Rock Is Dead, de Marilyn Manson.


Sinopsis: Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es el mejor del mundo en el arte de la "extracción", o lo que es lo mismo, apropiarse de los secretos del subconsciente humano justo en el momento en que la mente de la víctima es más vulnerable y propensa a invasión: durante el sueño. La destreza de Cobb en la extracción ha hecho de él un hombre muy codiciado en el mundo del espionaje corporativo, pero también le ha condenado a ser un fugitivo internacional, costándole todo lo que alguna vez ha querido, como no poder ver a sus dos hijos pequeños. Ahora tiene una oportunidad de redimirse y volver a tener la vida normal que anhela, pero para ello él y su equipo tendrán que realizar lo contrario a lo que hacen habitualmente, algo que, aparentemente, jamás se había llevado a cabo antes, la antítesis a la extracción: la incepción. Con la incepción, Cobb y sus colegas pretenden implantar una idea en el subconsciente en lugar de sustraerla. Sin embargo, su plan se complica cuando un peligroso enemigo parece predecir cada uno de sus movimientos... alguien frente al que sólo Cobb puede luchar.

Desde ayer tengo un gran problema, y es que no paro de tragar moscas: aún tengo la boca abierta y soy incapaz de cerrarla. ¡Qué maravilla, por Dios! Es que soy absolutamente incapaz de encontrarle nada malo a la última película de Nolan. Se me puede acusar que hablo desde la subjetividad más completa, porque todavía está por ver que Christopher Nolan haya hecho algo que no sea de mi agrado o que no haya cumplido mis expectativas. Todas, absolutamente todas las proyecciones de este director inglés se encuentran entre mis películas favoritas. Pero es que Origen es estupenda, de verdad. En realidad, no sé si sería capaz de destacar aspectos sobresalientes uno por uno, porque cuando salí del cine me dio la impresión de que son un todo. Todos los elementos se aúnan y enlazan para crear una totalidad perfectamente conjuntada y sincronizada; es como un gran puzzle en el que las piezas encajan a la perfección, sin rendijas ni espacios sin llenar.

La historia es tremendamente original: penetrar en el mundo de los sueños y manipularlos. ¿Podría haber algo más tentador? ¿Cuántas veces hemos querido deshacernos de malos sueños, prolongar los buenos o, aferrándonos a nuestro lado más enfermizamente romántico, hacer que alguien sueñe con algo o con otra(s) persona(s)? Es evidente que Nolan, tanto como director como guionista, llevó a cabo una intensa labor de documentación para retratar el mundo de los sueños en todas sus fases desde que cerramos los ojos. Original... pero también compleja. Consejo a los que vayan a verla: es necesario estar muy pendiente a la pantalla si no se quiere perder detalle de lo que se está viendo. ¿Recuerdan, lectores? Un puzzle; una pieza que se nos va y las demás ya no encajan. Y aunque a mi querido doctor Who, que tuve el honroso privilegio de que viniera conmigoa verla, le pareciera excesivamente larga (148 horas de metraje) y, por ende, se le hiciera un poco pesada, a una servidora se le hizo muy corta. Prometido. Me quedé con ganas de más, y más... mucho más.

Con respecto a las interpretaciones, TODAS son geniales. Era de esperar, por otra parte, teniendo en cuenta el pedazo de reparto con el que contamos. Leonardo Di Caprio está muy bien, en su línea actual. La verdad es que Di Caprio nunca ha sido santo de mi devoción, pero es un tío muy listo y se está forjando un carrerón nada desdeñable y completamente respetable (hoy he visto en IMDb que tiene ¡22! proyectos rondándole). Desde Revolutionary Road (Sam Mendes, 2008), me cae hasta simpático. Ken Watanabe es mención aparte; este hombre es que me encanta elevado a la milésima. Es un actor con una gran clase, un porte atractivo y una distinción a la hora de interpretar que hace que agache la cabeza en señal de sumisión cada vez que le veo. Olé, señor Watanabe. Joseph Gordon-Lewitt y Ellen Page son, como se ha dicho tantas otras veces, promesas del cine muy a tener en cuenta, no he descubierto nada nuevo. Me gustaron mucho los dos, quizá añadiendo esa nota simpática que la tensión sexual entre ambos provoca y siendo la parte sensata del equipo de Cobb. El resto del equipo lo componen Tom Hardy como el falsificador (que es capaz de adoptar la apariencia de cualquier persona en el sueño de la víctima que sea) y Dileep Rao como Yusuf (el creador de los somníferos más potentes para inducir a sueños profundos a las posibles víctimas). Buenas interpretaciones las dos, cada una en su estilo exigido por el personaje, pero el tándem perfecto para el grupo de Dom Cobb. Y Marion Cotillard... a ver, yo ayer le dije a mi querido doctor Who que de Francia sólo me gustaban dos cosas; no es cierto, me gustan tres, y una de ellas es la señorita Cotillard. Qué guapa es, leñe, y eso que soy heterosexual. Qué clase, qué elegancia, qué distinción, qué calidad a la hora de llorar... yo cuando veo a Marion llorar en pantalla se me parte el alma, porque es que me consta que llora de verdad. Me gusta mucho, sí, esta mujer me encanta, pero... su personaje está un poco como fuera de órbita; parece como si Nolan hubiese tenido que meter sí o sí el rollito romántico y la hubiese utilizado a ella. Corríjanme si me equivoco, pero pinta bien poco como medio villana... no sé, no sé. Lo que pasa es que Nolan es un tío listo (como Di Caprio), y no mete a cualquiera en su reparto, sino a Marion Cotillard. Qué grande es... El resto de secundarios, con Cillian Murphy, Pete Postlethwaite, Tom Berenger y Michael Cane no hacen sino darle distinción a un reparto de auténtico lujo, si bien es cierto que Cillian Murphy está flojito aquí (me tiene mal acostumbrada a papelones y a codearse con Ken Loach y Neil Jordan), y lo de Postlethwaite y Cane puede considerarse casi un cameo.

Los efectos son palabras aparte. Las leyes de la gravedad y de la física se ponen en entredicho continuamente en el mundo de los sueños y en pantalla de cine es hablar de palabras mayores. Me pregunto por qué en España no habrá llegado en 3D... y la banda sonora de Hans Zimmer es muy buena. Yo es que tengo una relación de amor/odio con Zimmer, pero parece que se está resarciendo y está creando partituras perfectas para las imágenes de pantalla. Nolan y Zimmer, ese otro gran tándem ya llevado a su máxima expresión con las dos partes del nuevo Batman de Christian Bale. Mi Spotify echa humno hoy con la banda sonora...

Onírica, esa es la palabra para Origen. Y sí, le viene como anillo al dedo, pero es tan magnífica que deja la sensación de haber presenciado un gran sueño.

Y doctor Who, yo le doy también un 6, ya lo sabes, pero volteado: se merece el 9. Will consequences be the same or not?
Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Evidentemente, Non, je ne regrette rien, de Edith Piaf.

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