Pozos de ambición (There Will Be Blood, 2007), de Paul Thomas Anderson
Publicado por Catherine Heathcliff en 11:13Hace ya unos cuantos días tuve la arriesgada idea de comprarme una película en dvd que no había visto. No es que eso sea arriesgado de por sí, más que nada, porque lo hago continuamente; digo que es peliagudo porque esa película era Pozos de ambición (There Will Be Blood, 2007), un film que llevaba queriéndolo ver desde hacía mucho tiempo por un simple y único motivo: Daniel Day-Lewis. Me propuse desde hace ya unos cuantos meses tener toda su filmografía -no en vano, es mi actor favorito por excelencia- y no es una labor difícil, sobre todo por el hecho de que se prodiga bastante poco; esto puede resultar chocante, claro, más que nada porque hay películas de este actor angloirlandés que no son santo de mi devoción -como puede ser el caso, por ejemplo, de Gangs of New York (2002), de Martin Scorsese- pero aún así, no descansaré hasta que poco a poco, sin prisas, estén todas ordenadas en mi estantería del salón. De momento, llevo seis; no va mal la cosa. Así pues, Pozos de ambición, que le reportó su segundo Óscar, era de obligada adquisición. En la parte trasera de la caja del dvd, reza: "una obra maestra contemporánea". Arriesgadas palabras de un crítico bla, bla, bla de no sé qué publicación bla, bla, bla. ¿Obra maestra contemporánea? ¿Sería eso posible? Una sonrisa de escepticismo surcó mi rostro ante esas palabras. Pero tras verla no puedo más que esconder la cabeza bajo el ala: es una OBRA MAESTRA, con todas las letras.
Sinopsis: basada en la novela Petróleo (Oil!, 1927), de Upton Sinclair, la historia se desarrolla a finales del siglo XIX-principios del XX, en la frontera de California, y es un fiel y detallado relato de la vida de Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) y la época que le tocó vivir. Daniel sufre, a lo largo de la película, una metamorfosis: de un miserable minero, que malvive de pequeñas explotaciones, siempre en la eterna búsqueda del gran golpe petrolífero, y que, además, tiene que sacar adelante a un hijo en soledad, pasa a ser un poderoso magnate del petróleo. Cierto día a Plainview le llega un misterioso soplo: en una ciudad al oeste, Little Boston, existe un infinito mar de petróleo subterráneo que comienza a rezumar hacia el exterior. Lleno de ambición, se dirige hacia ese recóndito lugar con su hijo H. W. (Dillon Freasier) para probar suerte en ese polvoriento y semidesértico emplazamiento. En esta ciudad mísera, lugar de refugio del carismático y maquiavélico predicador Eli Sunday (Paul Dano), que pretende mover los hilos de su comunidad religiosa, seguidora de la doctrina Pentecosteliana, Plainview, H. W. y su pequeña sociedad familiar dan su gran golpe petrolífero. Pero ahora que la fortuna empieza a sonreírles, todo cambiará, como una suerte de profecía: surgen los conflictos y todos los valores humanos –amor, esperanza, comunidad, fe, ambición e, incluso, los lazos entre padre e hijo- se ponen a prueba, y son corrompidos por el oro negro que inagotablemente mana del subsuelo.
La película es fantástica en todos los sentidos. Para mí no es sólo la historia, sino el simbolismo que refleja cada escena: el fanatismo sectario de la América profunda, la desmedida y despiadada ambición de los magnates del petróleo, la ignorancia oscurantista del pueblo que sufre hambruna constante; todo se aúna en conjunto para crear una sinfonía de realistas y crueles excesos, aderezados por una música tremendista, chocante y caótica, compuesta por Jonny Greenwood, el complemento perfecto para las opresivas imágenes que proyecta la cámara de Paul Thomas Anderson. La fotografía es, sencillamente, perfecta, hasta el punto de que no llegaríamos a entender las complejidades de unos intrincados protagonistas sin las sempiternas imágenes del árido paisaje de Little Boston.
Las interpretaciones son magníficas, desde la primera hasta la última. Grandes como Kevin J. O'Connor, Ciarán Hinds y un genial Paul Dano -con un grandísimo futuro por delante; me recuerda muchísimo a Edward Norton en sus comienzos- acompañan a un Daniel Day-Lewis soberbio, como siempre. Lo confieso: soy incapaz de encontrarle ni un sólo defecto a Day-Lewis en esta película. Es que yo creo que si Daniel Day-Lewis no hubiera existido para interpretar a Plainview, habría que inventarlo; Day-Lewis es Plainview en todos los sentidos. Merecidísimo Óscar, una vez más. Con respecto a Dillon Freasier -H. W. en la película, el hijo de Plainview- Daniel Day-Lewis dijo una vez que era el mejor hijo ficticio que jamás había tenido, y no puedo más que darle la razón; se estableció un vínculo, una química entre ambos difícil de igualar. Incluyo, como muestra, una fotografía que, para mí, es absolutamente deliciosa; recoge a la perfección lo que quiero expresar con palabras:
A continuación, mi escena favorita. Para disfrutarla en pleno, los altavoces al máximo. Sencillamente, una obra maestra.
Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Knights of Cydonia, de Muse (Black Holes & Revelations).
Etiquetas: ¿Qué vemos hoy?, Daniel Day-Lewis
10 Comments:
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Besos
Pues sí, tu hermana está en lo cierto, es una gran, gran, gran película, así que desde aquí te la recomiendo, guapa.
Muchas gracias por pasarte.
Besos,
Catherine Heathcliff.
Me ha entrado en gusanillo de verla...El argumento parece bastante convincente y la manera como expones la historia, hace que mi interés aún sea mayor!!
Besos,
Caroline Barrio
Como siempre, muchísimas gracias por tu comentario y por tu visita.
Pues sí, te la recomiendo encarecidamente. Es una obra maestra contemporánea, en serio, y no exagero.
Ahora, eso sí, hay que mirarla con ojos cautelosos; es muy peculiar, muy de autor, pero es fantástica.
De nuevo, muchas gracias por pasarte.
Muchos besos,
Catherine Heathcliff.
Es genial; yo le doy un 9 sobre 10, y porque ya me da vergüenza darle un 10 sobre 10; no sé si dárselo al a película y también a la interpretación de Daniel "Fantastic" Day-Lewis, que está que se sale.
Tienes que verla; es de lo mejorcito que se ha hecho en cine actual.
Besos y gracias por pasarte.
Catherine Heathcliff.
A los cinco días o por ahí me llegó. La puse para probarla la mañana que me llegó, solo era un ratito, ver como se veía (calidad muy, muy buena en HD)y demás, pero el hecho es que dos horas y media después salían los títulos de crédito y yo estaba embobado.
There will be blood es un clásico, un auténtico peliculón de los que ya no se hacen, una cinta dirigida de forma exquisita y con unas interpretaciones que quitan el hipo.
Y nada, viendo el tipo de cine que te gusta, este año te recomiendo que veas Revolutionary Road (peliculón), El curioso caso de Benjamin Button (Obra Maestra), Slumdog Millonaire y alguna otra que no se... Si te gusta Eastwood Gran Torino es excelente.
Saludos desde Madrid.
Poco voy a decir sobre "Pozos de ambición" que no haya incluido ya en esta entrada. Para mí es una obra maestra contemporánea, y lo diré siempre a boca llena.
Sobre lo de "Revolutionary Road" y "El curioso caso de Benjamin Button" sé que son de obligado y muy deseado visionado, pero el cine de por aquí no es muy propenso a poner buenas películas. Me tocará esperar, supongo.
Eastwood no suele gustarme mucho que digamos, salvo contadas excepciones como "Million Dollar Baby". No eres el primero que me recomienda "Gran Torino".
Bueno, y ya sobre "Slumdog Millionaire"... esa sí que ni soñando la ponen por aquí, así que a esperar los beneficios del dvd, que está en vías de extinción, pero con el que todavía me apaño, no hay más remedio. De BluRay en mi casa ni olerlo todavía, no está el bolsillo para esas cosas.
De nuevo, gracias por pasarte y comentar.
Saludos,
Catherine Heathcliff.
Un saludo
De todos modos, a mí no me gusta ver las películas por otros medios que no sea el cine o el dvd (ya digo que el BluRay en mi casa nones todavía). Aparte de que no sé buscarlas, cuando encuentro alguna la calidad de imagen y sonido deja mucho que desear, así que renuncio. Soy torpe para eso, lo reconozco.
Me gusta mucho ver las películas en versión original, pero soy y seré siempre una gran defensora de los actores de doblaje españoles. Adoro y admiro profundamente su trabajo.
De nuevo, gracias por tus comentarios.
Saludos,
Catherine Heathcliff.