Querida Catherine:
¿No te ha pasado nunca que tienes la necesidad de decir más cosas de las que realmente dices? ¿No tienes la sensación de que ocultas palabras, distintas a las que se escapan por tu boca?
A veces he notado cómo deseas decir las cosas abiertamente, con el corazón en la mano, pero quizá la cautela, o tal vez la inseguridad, frena tu lengua. Y sé también que quizás intuyes que las palabras dichas son insuficientes para expresar toda la magnitud de lo que realmente pretendes decir. Probablemente, esperas que tu interlocutor sea capaz de leer entre líneas y sepa descifrar aquéllo que no dices. Y también crees que la persona con la que hablas sabe lo que escondes, y quizá esperes que sea esa persona la que inicie la dialéctica, y comenzar así tú a desnudar tu alma poco a poco, como los gajos de una mandarina que van cayendo capa a capa, paso a paso.
Porque, si hay algo que desees más en este momento es precisamente eso, desnudar tu alma, despojarla de forma moral impostada y dejar ver lo que verdaderamente sientes, sin máscaras.
¿Crees que se presentará la ocasión en la que puedas hablar abiertamente, sin ataduras? ¿Crees que tu interlocutor dará comienzo a la detonación?
Eres consciente de que las consecuencias te importan bien poco ahora; tan sólo quieres hablar y dar explosión a la bomba de relojería que latente aguarda en tu interior.
Pero necesitas aquéllo que te espolee a ello.
¿Qué piensas hacer, Catherine? Porque yo puedo darte la solución, pero el salto al vacío sólo depende de ti.
¿Qué vas a hacer?
Firmado: Tú misma.
Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Here with Me, de Dido (No Angel).
Etiquetas: Íntimo y personal
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