Me gusta Sevilla. De hecho, me gusta muchísimo Sevilla. Me gusta pasear por sus calles, sin aparente rumbo fijo. Me da igual el propósito o razón, el día, la estación del año, las circunstancias... para mí, cada esquina de esta ciudad esconde un tesoro a descubrir.
Me gustan las fuentes. Me puedo tirar horas contemplando el agua, oírla correr, sentarme en un bordillo en ellas... y aquí en Sevilla las hay a miles.
Me gusta el río Guadalquivir.
Me gusta sonreir. Me encanta ver cómo alguien también me responde con una sonrisa, pero sólo si ésta es sincera.
Me gusta la amabilidad. Yo siempre digo que ser amable no cuesta nada, es gratis, así que no entiendo por qué hay veces que la gente es antipática por naturaleza. Me gusta decir "buenos días", o "buenas tardes", o "buenas noches", o un simple "hola", y que me contesten.
Me gusta cómo huele mi madre. De hecho, creo que deberían patentar su olor, porque es el aroma más hermoso que jamás he percibido. La piel de mi madre huele a dulce, a jabón. A mamá. Me enorgullece decir que es sólo para mí cuando me abraza.
Me gusta la amistad. La sincera.
Me gusta una buena conversación, de cualquier tema, quizás, pero que sea buena e interesante. Me gusta hablar, y hablar, y hablar... y tener delante a alguien que sepa escuchar. Y viceversa, porque siempre me he considerado alguien que sabe escuchar.
Me gustan los animales, los perritos, especialmente. Pero por encima de todos, mi perrita Lupy.
Me gusta el cine, la música, el teatro, la literatura. Disciplinas muy conectadas, no compartimentos estancos. Cuatro grandes pilares en mi vida.
Me gusta Tim Burton, Coldplay, las Brontë y Daniel Day-Lewis.
Me gusta todo lo gótico, si bien no como estilo de vida, sí como estética y cultura. Me apasiona.
Me gustan mucho los coches. Hablar de mecánica, de modelos, de marcas, de prestaciones... puedo pasarme las horas muertas hablando de los pros y los contras del motor híbrido del Toyota Prius, o intentando explicar por qué el Mini es mi coche favorito... y el que nunca podré conseguir, no me llega el dinero. Me gusta también el fútbol, como decía la coplilla. Hace años veía hasta los partidos de segunda división, pero con el paso del tiempo, he visto reducido mi interés sobre todo a mi equipo predilecto, al que sigo al milímetro. Los coches, el fútbol... no me gustan los clichés, pero son cosas que hacen que mis amigos me digan "y eso que eres chica". Repito, no me gustan las etiquetas.
Me gusta conducir.
Me gustan las caricias, los abrazos, los besos. Darlos y recibirlos.
Me gusta escribir.
Me gustan los comentarios en mi humilde blog. Leerlos y responderlos.
Me gusta la fruta, la verdura y la carne de pollo. Me gusta la comida de mi madre. Es la mejor del mundo. Me gusta muchísimo cocinar, y además, se me da bien, lo reconozco, aunque peque de soberbia.
Me gusta la ropa, los zapatos, los cosméticos, los perfumes, los complementos. Tengo un lado frívolo que a veces es bastante poderoso; peligrosamente poderoso, diría yo.
Me gusta la higiene y el orden milimétrico.
Me gusta la puntualidad.
Me gusta comer tranquilamente, jamás sin prisa. Si tengo que levantarme media hora antes para desayunar con pausa, lo haré.
Me gusta mi trabajo. Adoro la enseñanza y la investigación. Hay docentes que, tristemente, no son conscientes de la maravillosa labor que tenemos la suerte de impartir.
Me gusta comer o cenar fuera, para después tener una sesión de cine o una copa o café tranquilos.
Me gusta el café y el Cola-Cao.
Me gusta soñar, imaginar lo que con secreto anhelo oculto dentro de mí, aguardando a que algún día quizás se cumpla.
Me gustan las ironías, el sarcasmo y las indirectas. Y también las paradojas, pues me gusta que la gente sea clara y concisa conmigo; que me digan las cosas sin miedo.
Me gusta el silencio. Sé guardar un secreto.
Y, aunque parezca mentira, no me gusta nada hablar de mí. Así que quizás he escrito estas líneas para que alguien sepa algo más de mí, o simplemente, son un examen de conciencia. Me gustan muchísimas cosas más, pero han brotado de mis teclas éstas. No en el orden de preferencia.
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Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Nine Million Bicycles, de Katie Melua (Call off the Search).
Etiquetas: Íntimo y personal
4 Comments:
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(Quizás se te ha olvidado)
;P
Blaood
Me gusta también un vasito de leche calentito... humeante...
Un beso, Blackwood.
Catherine Heathcliff.
Tengo que hacer otro día una entrada que se llamen "No me gusta", y así hablar de todo lo contrario a ésta.
Besotes,
Catherine Heathcliff.