Ser profesora es un trabajo duro, complicado, a veces extraño, pero algo que me entusiasma, al fin y al cabo. Los buenos momentos compensan los malos días, que como en toda profesión, también existen.
La semana pasada durante la media hora de recreo acudieron a verme dos alumnas de mi primer grupo. Lo cierto es que son dos estudiantes excelente,s trabajadoras, participativas y cariñosas y respetuosas tanto con sus compañeros de clase como conmigo. A mí me tienen especial aprecio, y es recíproco, así que vinieron a verme para hacerme compañía y hacerme una bonita confesión: una de ellas está enamorada. Reproduzco a continuación la conversación que se produjo entre las tres:
AlumnaCathy número 1: ¡Seño, venga, venga, venga aquí!
Catherine Heathcliff: ¿Qué pasa, qué pasa?
AlumnasCathy (las dos a la vez): ¡Jijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijiji!
Catherine Heathcliff: ¡Huy, huy! A ver, a ver, ¿quién os gusta?
AlumnaCathy número 1: ¡JAJAJAJAJA! ¡Ay, a mí no, seño, a esta! (Y me señala a su compañera).
AlumnaCathy número 2: ¡Ay, señorita, qué vergüenza! Pero se lo cuento si me promete que no se lo va a decir a nadie.
Catherine Heathcliff, muy seria y solemne: Por Dios, claro que sí, te lo prometo; tú tranquila, que yo no digo nada.
AlumnaCathy número 2: Vale, seño. Me gusta... J... . ¡Ay, qué vergüenza! ¡Jijijijijijijijijijiji!
Catherine Heathcliff: ¡No me digas, chica! Oye, pues muy buena elección, porque es un muchacho muy responsable, estudioso y es muy gracioso y simpático; tiene ese puntito rebelde que lo hace irresistible, ¿a qué sí?
AlumnasCathy (las dos a la vez de nuevo): ¡Jijijijijijijijiji!
AlumnaCathy número 2: Sí, seño, me gusta mucho, mucho.
Catherine Heathcliff, aguantando la risa e intentando imponer seriedad a su faz: Oye, pues nada, a por él. Y oye, ¿no te parece guapo también R...? A mí me parece un chico muy apañado para ti.
AlumnaCathy número 2: ¡Ay, no, seño, ese no! Además, con ese ya estuve saliendo en 2º de primaria, así que ese no.
Catherine Heathcliff: Claro, claro, es que saliste con él en segundo de primaria y ya saliste escaldada, ¿no? Es que claro, ese amor te marcó tu juventud, ¿verdad?
AlumnaCathy número 2 (muy seria): Sí, seño, con él ya no puede ser.
Catherine Heathcliff: Claro... ¿Y qué me dices de A...? Yo creo que es otro chico que te conviene, y además, se sienta delante tuya, así que lo tienes cerquita...
AlumnaCathy número 2, con una expresión de asco tremenda: ¡Noooooooooooooo, señorita, nooooooooooooo! ¡QUE TIENE BIGOTE! ¡Qué asco!
Catherine Heathcliff, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no abrir más aún los ojos: Créeme, hija, créeme que llegará el día en que eso no te importe.
Las cosas del amor, hay que ver. No sé qué les pasa a mis alumnos, pero tienen las hormonas a flor de piel, y eso que tienen sólamente 12 y 13 años, no quiero yo imaginarme cómo estarán con 15 o 16. Sea como fuere, a mí todo esto me hace un montón de gracia.
Y el otro día, estando en clase, un alumno mío me enseñó un dibujo enorme, grandísimo, en un folio apaisado, y me dijo: "para usted, seño". El dibujo en cuestión era mi nombre en letras gigantescas. Lo hizo lo más discretamente posible, pero muchos de sus compañeros se dieron cuenta, y de repente, empezaron a gritar: "¡Uuuuuuh, J....., ya le has dicho a la seño lo que sientes por ella! ¡Uuuuuh!". El pobre alumno no dijo ni media palabra; se sentó y abrió su libro, muy solemne y sin revelar en su rostro la más mínima sensación de vergüenza, ni de justificación. La seño, o sea, yo, le dijo: "Muchísimas gracias, J..., eres un encanto. Los demás, el pico cerrado y abriendo el libro, que nadie os ha pedido vuestra opinión". Cuando llegué a mi piso, puse el dibujo en mi nevera, junto con otros regalos de papiroflexia que mis alumnos varios me han ido ofreciendo altruistamente a lo largo de este curso académico. Y ayer en clase, no recuerdo exactamente por qué, salió la palabra "triángulo", y este alumno pintor exclamó: "Triángulos... como los pendientes de mi seño". Ayer llevaba yo unos pendientes negros grandes y colgantes en forma de triángulo.
No sé por qué, llevo dos semanas en el cole con males de amores por doquier. Incluso ayer un alumno mío me preguntó que si tenía novio, a lo que yo respondí: "a ti te lo voy a contar...". Y otra alumna me pidió que le dijera cómo iba mi vida amorosa, y yo tan sólo le dije:
"Ay, hija, si yo te contara... ¡ejercicio 4 y 5, página 45, trabaja, cotilla!".
Y mi aluma sonreía.
La semana pasada durante la media hora de recreo acudieron a verme dos alumnas de mi primer grupo. Lo cierto es que son dos estudiantes excelente,s trabajadoras, participativas y cariñosas y respetuosas tanto con sus compañeros de clase como conmigo. A mí me tienen especial aprecio, y es recíproco, así que vinieron a verme para hacerme compañía y hacerme una bonita confesión: una de ellas está enamorada. Reproduzco a continuación la conversación que se produjo entre las tres:
AlumnaCathy número 1: ¡Seño, venga, venga, venga aquí!
Catherine Heathcliff: ¿Qué pasa, qué pasa?
AlumnasCathy (las dos a la vez): ¡Jijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijiji!
Catherine Heathcliff: ¡Huy, huy! A ver, a ver, ¿quién os gusta?
AlumnaCathy número 1: ¡JAJAJAJAJA! ¡Ay, a mí no, seño, a esta! (Y me señala a su compañera).
AlumnaCathy número 2: ¡Ay, señorita, qué vergüenza! Pero se lo cuento si me promete que no se lo va a decir a nadie.
Catherine Heathcliff, muy seria y solemne: Por Dios, claro que sí, te lo prometo; tú tranquila, que yo no digo nada.
AlumnaCathy número 2: Vale, seño. Me gusta... J... . ¡Ay, qué vergüenza! ¡Jijijijijijijijijijiji!
Catherine Heathcliff: ¡No me digas, chica! Oye, pues muy buena elección, porque es un muchacho muy responsable, estudioso y es muy gracioso y simpático; tiene ese puntito rebelde que lo hace irresistible, ¿a qué sí?
AlumnasCathy (las dos a la vez de nuevo): ¡Jijijijijijijijiji!
AlumnaCathy número 2: Sí, seño, me gusta mucho, mucho.
Catherine Heathcliff, aguantando la risa e intentando imponer seriedad a su faz: Oye, pues nada, a por él. Y oye, ¿no te parece guapo también R...? A mí me parece un chico muy apañado para ti.
AlumnaCathy número 2: ¡Ay, no, seño, ese no! Además, con ese ya estuve saliendo en 2º de primaria, así que ese no.
Catherine Heathcliff: Claro, claro, es que saliste con él en segundo de primaria y ya saliste escaldada, ¿no? Es que claro, ese amor te marcó tu juventud, ¿verdad?
AlumnaCathy número 2 (muy seria): Sí, seño, con él ya no puede ser.
Catherine Heathcliff: Claro... ¿Y qué me dices de A...? Yo creo que es otro chico que te conviene, y además, se sienta delante tuya, así que lo tienes cerquita...
AlumnaCathy número 2, con una expresión de asco tremenda: ¡Noooooooooooooo, señorita, nooooooooooooo! ¡QUE TIENE BIGOTE! ¡Qué asco!
Catherine Heathcliff, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no abrir más aún los ojos: Créeme, hija, créeme que llegará el día en que eso no te importe.
Las cosas del amor, hay que ver. No sé qué les pasa a mis alumnos, pero tienen las hormonas a flor de piel, y eso que tienen sólamente 12 y 13 años, no quiero yo imaginarme cómo estarán con 15 o 16. Sea como fuere, a mí todo esto me hace un montón de gracia.
Y el otro día, estando en clase, un alumno mío me enseñó un dibujo enorme, grandísimo, en un folio apaisado, y me dijo: "para usted, seño". El dibujo en cuestión era mi nombre en letras gigantescas. Lo hizo lo más discretamente posible, pero muchos de sus compañeros se dieron cuenta, y de repente, empezaron a gritar: "¡Uuuuuuh, J....., ya le has dicho a la seño lo que sientes por ella! ¡Uuuuuh!". El pobre alumno no dijo ni media palabra; se sentó y abrió su libro, muy solemne y sin revelar en su rostro la más mínima sensación de vergüenza, ni de justificación. La seño, o sea, yo, le dijo: "Muchísimas gracias, J..., eres un encanto. Los demás, el pico cerrado y abriendo el libro, que nadie os ha pedido vuestra opinión". Cuando llegué a mi piso, puse el dibujo en mi nevera, junto con otros regalos de papiroflexia que mis alumnos varios me han ido ofreciendo altruistamente a lo largo de este curso académico. Y ayer en clase, no recuerdo exactamente por qué, salió la palabra "triángulo", y este alumno pintor exclamó: "Triángulos... como los pendientes de mi seño". Ayer llevaba yo unos pendientes negros grandes y colgantes en forma de triángulo.
No sé por qué, llevo dos semanas en el cole con males de amores por doquier. Incluso ayer un alumno mío me preguntó que si tenía novio, a lo que yo respondí: "a ti te lo voy a contar...". Y otra alumna me pidió que le dijera cómo iba mi vida amorosa, y yo tan sólo le dije:
"Ay, hija, si yo te contara... ¡ejercicio 4 y 5, página 45, trabaja, cotilla!".
Y mi aluma sonreía.
Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Love Is All Around, de Wet, Wet, Wet.
Etiquetas: Ego laboro
2 Comments:
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Éstas entradas hacen que mi corazón se encoja, tanto de lo dulce que resulta cómo del insinuante anhelo que lleva.
Sí bueno, la verdad es que a personas cómo nosotras se ve que somos sinceras cuando amamos... pero somos demasiado humildes o poco decididas o a saber el qué... sólo sé que siempre que te preguntan por novios, o cosas relacionadas con el amor sientes que tu boca se cierra y la tienes destruida por palabras que no logras vocalizar... es cómo que también te duele reconocer que nos has logrado tus deseos...
La verdad yo soy bastante joven todavía para pensar en estas cosas pero a este ritmo y con todos los libros románticos que me leo y las ilusiones que me hago no sé si habrá mucho más de aquí en adelante, pero tú estás en el momento exacto y perfecto de tu vid y debes aprovecharlo.
Besotes!
P.D.: Ainsh me encantaría tenerte como profe... aunque creo que si te tuviese como seño ahora no estaría aquí leyendo tu blog ni sabiendo que más allá de tu maestría eres una chica con los mismos sueños que yo.
Me alegro muchísimo de que te haya gustado esta entrada. De vez en cuando escribo cosas relacionadas con mi vida laboral, generalmente anécdotas totalmente ciertas que han tenido lugar en mis clases.
Mi vida sentimental es bastante caótica; da igual tener 25 años: si estás enamorada y te rechazan, o no puede ser por el motivo que sea, sigue siendo igual de doloroso, quizá más, porque a medida que te haces mayor, los palos son más grandes y de más importancia.
Cualquier cosa que me digas de ti, Margyh, jamás me sorprende; te he dicho muchísimas veces que me recuerdas muchísimo a mí hace unos cuantos años. Sé lo que sientes y lo sola que a menudo piensas que estás, y sólo encuentras comprensión en personas mayores que tú porque eres demasiado madura para tu edad. A mí me pasaba EXACTAMENTE lo mismo, y aún hoy día las dos personas más importantes de mi vida son mayores que yo.
Guarda en tu interior todo lo que vivas, tanto lo bueno como lo malo.
Un beso muy fuerte, guapísima.
Catherine Heathcliff.