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Gracias


Gracias por estos nueve largos meses de curso que se nos han hecho tan cortos. Gracias por dejarme ser parte de vosotros y por llevarme a mi vez una parte de vuestro corazón en el mío. Gracias por todas las risas y por todas las lágrimas, que posteriormente se convirtieron en simples malos recuerdos tras una sonrisa. Gracias por vuestro apoyo y por hacerme reir cuando mi voluntad, pues humana soy, también flaqueaba. Gracias por dejarme ser vuestra tutora, y de qué manera, con cuánta implicación. Gracias siempre por vuestro respeto, llevado a gala en todo momento. Gracias por vuestras atenciones y consideraciones hacia mí. Gracias por hacerme aprender cada día algo más. Gracias por dejaros enseñar y por dejaros guiar por mis manos. Gracias por confiar en mí, vuestra "seño", vuestra tutora. Gracias por tenerme en cuenta, incluso cuando parecía que no lo hacíais. Gracias por quererme tanto.

Os quiero, mis niños, mis primeros niños. Os llevo siempre aquí, al ladito de mi corazón.

Gracias por este regalo...

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Always on My Mind, de Elvis Presley.

El poder de una canción


Miércoles, 15 de junio de 2011. Hacia las 20 horas de la tarde. ¿Dónde? Planta de arriba del Starbucks de la Avenida de la Constitución, justo delante de la FNAC, en mi Sevilla. ¿Qué hacía, aparte de beberme un Frapuccino de café con caramelo? Daba clases de inglés...

CatherineHeathcliff: De acuerdo... ¿la tercera persona del singular del verbo "cry"?
Javi: Mmm... "cries".
CatherineHeathcliff: Muy bien. ¿Y eso por qué?
Javi: Porque... es un verbo que termina en "-y", pero tiene delante una consonante; por lo tanto, la formación de la tercera persona del singular sería con "-ies".
CatherineHeathcliff: ¡Genial! ¿Y qué significa?
Javi: Pues... llorar, ¿no?
CatherineHeathcliff: Eso es. ¿Sabes? Hay una canción de Roy Orbison que se llama Crying. Es estupenda, me encanta. ¿La has escuchado alguna vez?
Javi: No, la verdad es que no... ¡hay que ver, lo que sabes de música! Yo me quedo alucinado...
CatherineHeathcliff (con evidentes signos de sonrojo): Sí, bueno... esta también estará en el repertorio de mi boda... cuando me case.
Javi: ¿También?
CatherineHeathcliff: Sí, también. Bueno, ¿seguimos?

Lo cierto es que todavía quedaban bastantes ejercicios y ese sólo era el primero. ¿Cuánto tiempo transcurrió tras esto? ¿Diez, quince, veinte minutos? La verdad es que no lo sé, pero de repente, sin avisar y de manera totalmente inesperada, comenzó a sonar en el Starbucks la canción Crying, de Roy Orbison.

CatherineHeathcliff: ¡¡Javi!! ¿Te acuerdas de la canción que te dije antes?
Javi: Sí. ¿No me digas que es esta?
CatherineHeathcliff: ¡¡¡¡¡Sí!!!!! ¡Qué coincidencia!
Javi: ¡Verdad! Pero no, es el Destino.
CatherineHeathcliff: ... totalmente; está claro que tiene que ser cosa del Destino...

Y, dejando momentáneamente lo que estábamos haciendo, nos paramos a escuchar esa GRAN canción del maestro.

Porque está claro que hay un Destino, que las casualidades o las coincidencias no existen. El Destino hizo acto de presencia ayer tarde a través de unas notas musicales, como también quiso que un 22 de mayo, domingo por la tarde, mi vida diera un descomunal y delicioso giro de 360º.

Y es que ya lo decía Javi en un correo que una vez me envió, al principio, muy al principio: "está claro que, si nos hemos conocido, será por algo, ¿no?".

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: ¿Acaso no es evidente?

Luto


Una taza de Jack Skelleton no está asociada a una persona, ni tampoco a un sentimiento. Es, sencillamente, una taza que compré hace un par de años porque me gustó. Simplemente.

Ni mi tazón verde, ni mis cubiertos del mismo color están prohibidos. De hecho, la comida sigue sabiendo igual si los utilizo.


Dejar a un lado el Puente del Alamillo, o pasar por delante. La Isla de la Cartuja, o las playas de Huelva. O dirección a esta ciudad, circunvalando Camas. Tampoco Mairena del Aljarafe, ni mucho menos Triana (¡ay, mi Triana!) deberían ser lugares prohibidos para mí.


Triana... que me das la vida...


¡Cuánto me alegro de que el Betis (¡ay, mi Betis!) esté en primera! Aunque una vez deseé que no fuera el caso, aquí estoy, desempolvando mi gorra bética y colgándola al lado de la madridista, con la bufanda de fondo. Y ahorrando para los asientos en tribuna; y es que este año no me pierdo el Betis-Madrid en el Benito Villamarín. ¡No, no y no! Hay que ir ahorrando, ¿no, Javi? ¡Pero iremos!


Escuchar Queen a todas horas, rememorando etapas pasadas, muy pasadas, casi de mi infancia... y es que Queen llegó a mi vida musical antes, mucho antes. Y es como un reencuentro con lo que una vez fui. The Scorpions, Led Zeppelin, White Snakes, The Doors, Europe, AC/DC, Dire Straits, The Who... y muchos, muchos otros. Mi alma rockera, de la que apostaté no por mi causa, ahora regresa dispuesta a rockandrollear una vez más.


Y planear, y planear, y planear... Sintra, Holanda, playas de Cádiz...

Porque una vez me dijeron que pasaría mi luto, y ya lo he pasado, ¡vaya si lo he pasado! Porque la clave está en la tranquilidad, y tras ella, la ilusión.


Y yo he recuperado la ilusión, las ganas, la alegría...


Gracias, papá y mamá.


Gracias, Patri.


Y, sobre todo, más que a nadie, gracias a ti, Javi.


Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Heaven for Everyone, de Queen.

Merece la pena


Se acerca el final de curso, y para mí este año en particular es muy especial. Mi continuidad en mi colegio actual está en el aire, y durante este curso académico todo lo he vivido de una manera muy intensa, paladeando cada momento con mis niños, tanto los buenos como los malos.

Pero de vez en cuando, muy de vez en cuando, la vida te sorprende y te hace regalos tan maravillosos como el que acabo de descubrir yo hoy al encender mi portátil:

"Señorita Heathcliff:
Pues mira, quería que supieras que TE QUIERO UN MONTÓN, aunque en clase hable mucho con A..... '-.-', jajajaja & con los demás... jajaja.
Bueno, seño, agradecerte todo lo que has hecho por mí y por todos nuestros compañeros, que somos tus niños, aunque el año que viene no sigas con nosotros por desgracia... Pero bueno, así es la vida...
Este año, en fin de curso sólo habrán lágrimas porque ya no estará la profesora que más queríamos todos... Aunque también reconocemos lo mal que lo hemos hecho, pero una persona tan grande NUNCA se le olvida, ¡te queremos, Catherine!
Espero que estos últimos días de clase que nos quedan nos portemos bien y te vayas contenta con nosotros, que lo dudo, porque hemos metido la pata y bien metida...
Señorita, ya como alumna, no incluyo a mis compañeros, ¡QUIERO QUE TE VAYAS CON LA CABEZA BIEN ALTA! ¡PORQUE TÚ HAS SIDO TUTORA DE UNA CLASE MUY DIFÍCIL DE LLEVAR! ¡Y NO MERECES ESTAR MAL Y SI ALGUIEN TIENE QUE ARREPENTIRSE POR HABERSE PORTADO ASÍ... SOMOS NOSOTROS, TODO PRIMERO C!
Seño, espero verte mucho cuando ya no estés :)
TE QUIERO, CATHERINE".

Y es que merece la pena... mis niños merecen la pena, y la docencia es parte de mí, de mi vida. La docencia es mi vida.

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