Blogger Template by Blogcrowds.


Sinopsis: Gru es un tío malísimo. De los más malotes del mundo. Pero últimamente está perdiendo caché: hay un villano más poderoso que él, que parece cometer los robos más importantes del momento. Evidentemente, Gru no está dispuesto a que su talento criminal se vea sobrepasado por las nuevas generaciones, así que planea el que será su gran golpe: robar la luna. Y es ahí donde el papel de tres huerfanitas, Margo, Edith y Agnes, juega un papel fundamental. Pero lo que Gru no sabe es que él también tiene sentimientos, y que las tres pequeñas conseguirían ablandar hasta el corazón más pétreo... como el suyo.

Tenía yo muchísimas ganas de ver esta película desde hace tiempo. Y es que, viendo los tráilers y demás cortes de la película, caí irremisiblemente enamorada de esa criaturita, llamada Agnes, y de esos pequeños diablillos, los Minions. Después de pasar semanas con "es tan blandito que me quiero morir" como tono en mi móvil para los mensajes, y de sustituirlo después por el archiconocido "toma, para tú, pupete", no pude resistirme más. Como una niña pequeña, enana, enanísima, me senté ayer a ver la peliculilla de marras. Me gustó, me gustó y me reí, pero sí que es cierto que mis expectativas quedaron un poquito sin cumplir. Y es que en esto de la animación, seguiré siendo, por los siglos de los siglos, fiel devota de Pixar.

Pixar lo tiene todo: calidad, buenas historias y, sobre todo, capacidad de hacer reir. Y ayer eché un poquito en falta eso: la risa. Bueno, menos con los Minions, que desde ahora mismo me declaro fan incondicional de esas criaturillas. Legendaria (Barney Stinson dixit) la escena de los Minions en el supermercado. Tengo que conseguir ahora "The Banana Song" como tono de móvil, está claro.

Otro aspecto destacable es el doblaje al castellano. Para mí es estupendo, y no sólo por Florentino Fernández como voz cantante. Es en líneas generales. Y por supuesto, los guiños ácidos y mordaces; imposible no recordar la escena en la que Gru marcha al banco del mal, el Evil Bank, y justo debajo del letrero, reza la frase "Formerly Lehman Brothers". Buenísimo. Y ese Vector, ese pequeño gran personaje, tan psicodélico y setentero. Genial, señores, genial.

En fin, película muy recomendable si se quiere disfrutar de un ratito muy agradable. Este tipo de proyecciones ayuda mucho a desconectar y, sobre todo, a enternecer nuestro corazoncito ante personajes tan entrañables.

Así que, pupetes míos, véanla.
Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Despicable Me, de Pharrell Williams.

Sheldon Cooper (1)

Porque hay veces que una serie te engancha de tal manera que se convierte en tu favorita.

Porque hay veces que personajes secundarios de las mismas se transforman en los verdaderos protagonistas.

Porque yo me he propuesto que, en el caso hipotético de que el doctor Cooper fuese real y no ficticio, acabaría con la misoginia manifiesta de este pequeño (no literalmente) gran personaje, y no Amy Farrah Fowler, que me cae hasta poco simpática.

Por eso he decidido dedicarle semanalmente una entradita a mi personaje de ficción favorito hoy por hoy: Sheldon Cooper, auténtico e indiscutible protagonista de The Big Bang Theory. Definitivamente, mi sit-com favorita.

Comenzamos:



Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: History of Everything, de Barenaked Ladies.

Reflexiones docentes


Ayer salí con mi amiga Patri. Estuvimos de cena, copitas... en fin, lo típico de un sábado por la noche, sólo que la buena compañía lo hace diferente. Cuando regresábamos para nuestras respectivas casas, hablábamos de lo que comentamos siempre, es decir, pormenores laborales. Es lo que tiene dedicarnos a la misma profesión.

Ser docente, al contrario que los manidos típicos tópicos, es algo muy difícil, y teniendo las dos 27 y 26 años respectivamente, nos volcamos al 200% en nuestra labor. Es descorazonador ver cómo están las cosas, pero lo es mucho más comprobar que, en esta profesión, supongo que como en muchas otras, hay gente que sólo buscan el sueldo fijo a final de mes y otros, como nosotras, que verdaderamente estamos en esto de la enseñanza por una vocación inmensa. Por eso no nos importa llevarnos infinidad de trabajo a casa, estar hasta las tantas corrigiendo exámenes o preparando clases, no nos asusta innovar, aunque eso conlleve horas de maduración, nos gusta citar a padres con mucha frecuencia y mantenerles al tanto siempre... en fin, ese tipo de cosas que hace que tus alumnos pasen a ser "tus niños" y que no te importe madrugar para entrar a las ocho de la mañana con un pedazo sonrisa de oreja a oreja, aunque lleves los ojos medio cerrados todavía y las marcas de la almohada surcando tu rostro.

Y de todas estas reflexiones, me quedo con la que dijo mi amiga: hay veces que no somos conscientes de la importante labor que ejercemos los docentes; estamos formando a nuestro futuro, a los jóvenes que el día de mañana nos gobernarán o tomarán las riendas de este país. Estamos formando a los españoles del mañana, a nuestra sociedad futura.

Y cuando Patri dijo eso, yo me quedé muy callada, porque es cierto; y recordé en décimas de segundo a todos los profesores que yo tuve durante mi etapa escolar. Tal vez, si soy lo que soy ahora mismo, con mis defectos, con mis virtudes, es, además de otros muchos factores, porque esos profesores, tantos que pasaron ante mi vista, dejaron su impronta en mí, en nosotras: la juventud del presente de este país.

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Details in the Fabric, de Jason Mraz y James Morrison (We Sing, We Dance, We Steal Things).

Entradas más recientes Entradas antiguas Inicio