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... Our house in the middle of a street...

No hace mucho tiempo que todas mis amigas hablaban sin cesar de sus respectivas casas, esas viviendas que habían comprado recientemente con sus parejas y que estaban pintando, amueblando y decorando a placer poquito a poco. Cada día había algo nuevo que contar: color de las paredes, tal vez un nuevo sillón que poner junto al televisor, o quizás una alfombra para el dormitorio monísima y a juego con el cabecero... o algo nuevo para el cuarto de baño (yo desconocía que hasta los cuartos de baño podrían tener elementos decorativos). 

Yo escuchaba estas conversaciones, sonreía y asentía. He de confesar que, en parte, hastiada de tanto monotema, en el que yo, por desgracia, poco tenía que ver u opinar, básicamente porque desconocía la materia... y la verdad, ni me interesaba ni me entusiasmaba en demasía. Siempre pensaba que, si yo estuviera en la misma situación, tal vez todo sería diferente, y un color ocre o pastel para las paredes del despacho sí tendría su relevancia. 

Bueno, pues como ocurre con tantas cosas en la vida, las cosas han cambiado, y aquí Catherine Heathcliff se presenta como una más, preocupada en que los marcos de sus fotos y cuadros sean todos color plata (o plateado, o derivados, bla, bla, bla) para que no desentonen unos con otros. Y es que ahora yo soy una más: Javi y yo nos propusimos compartir piso a finales de verano (septiembre, para ser exactos), y a esto se le añade no sólo la ilusión y los nervios de esta nueva andadura en nuestra relación, sino también las mariposas en el estómago que aparecen ante la idea de que estás contribuyendo a la decoración del que será el inmueble en el que viviréis uno en compañía del otro. 

Porque hoy más que nunca me he dado cuenta de que soy una más de lo que hasta no hace mucho contemplaba con ironía. Básicamente, ha sido porque hoy me he visto en una tienda de pinturas comprando una latita de color plata y betún para crear el efecto de "envejecido". Y es que, de nuevo, tengo algo entre manos para colocar en el salón... una sorpresa, como le digo a Javi. En realidad, así lo espero, que resulte una pequeña sorpresa para todos. Prometo publicar fotos del resultado final...

Y supongo que todo esto no es ni por el color de las paredes ni de los marcos de las fotos y cuadros; es porque esto es un paso más que vivo con ilusión renovada cada día. Buscar sábanas de 1.50 con dos fundas de almohada de 75 centímetros es complicado en mi barrio, pero ¡qué más da! 

Me gusta saber que, con o sin fundas, con o sin marcos de plata, esto continúa siendo una andadura de dos. Tuya y mía. Nuestra. 

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Our House, de Madness.

4 Comments:

  1. Javi said...
    Que ganitas ya. Ya va quedando menos... ¿Y la sorpresa?
    Catherine Heathcliff said...
    La sorpresa... sorpresa se queda :) Espero revelarla dentro de no mucho.

    ¡Qué ganitas, de verdad! ¡Compi! :)

    Catherine Heathcliff.
    Ayrim said...
    Jo, os deseo la mejor de las suertes. Veréis que vivir junto, solo os va a unir más.

    Un besote!
    Catherine Heathcliff said...
    Gracias, Ayrim. Desde luego, ilusión hay muchísima, y las ganas aumentan conforme avanzan los días. La cuenta atrás ya ha arrancado :)

    Un beso,

    Catherine Heathcliff.

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