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Una de series: 'Dexter'

¡Advertencia!: Puede contener spoilers.

Dexter.

Sin duda alguna, ha sido la revelación de la temporada. Esta serie nos cuenta la historia de Dexter Morgan, policía forense que trabaja en el departamento de policía de Miami. Siendo muy pequeño, al ser huérfano, fue adoptado por Harry Morgan, un policía honrado, honesto y con un fuerte código del honor (¿seguro?). Se crió con la familia Morgan, compuesta por Harry y su mujer, y Debra, su hermana adoptiva, y otro de los grandes pilares de la serie (y uno de mis personajes favoritos). Aparentemente, eran una familia feliz, muy feliz, y digo aparentemente porque el pequeño Dexter escondía un secreto: una insaciable sed de sangre. Al principio, empezó matando pequeños mamíferos: ratones, ratas... pero poco a poco, esta insaciable sed de sangre le llevó a los gatos y los perros (esto sí que no te lo perdono, Dexter). Harry Morgan, intuyendo lo que ocurría, decidió hablar con el jovencito Dexter y conocer qué es lo que llevaba a un niño a actos de salvajismo sin precedentes. Y el jovencito Dexter le contó a su padre adoptivo su acuciante sed de sangre, incluso hacia humanos, que constantemente lo acechaba y atormentaba. Asustados (ambos) por lo que este desorden podría causar, decidieron llegar a una solución. Desde entonces, Harry se esforzó sobremanera por inculcarle a su hijo un fuerte código de honor, de reglas, que si bien no podía hacer desaparecer esa horrible conducta, si podía "desviarla" hacia otros medios, o mejor, motivos: Dexter sólo podría matar a aquéllos que realmente se lo "merecieran", a saber, asesinos, violadores y demás gente de mal vivir, si bien es cierto que deberían tener como característica sine qua non el haber matado a alguien alguna vez. Harry le hizo prometer a su hijo adoptivo que siempre seguiría ese código. Y siempre lo siguió. Harry murió de cáncer cuando Dexter era poco más que un adolescente tardío, pero siempre estuvo (y estará) muy presente en la memoria de Dexter. Una de las últimas cosas que dijo antes de morir fue precisamente eso, que nunca olvidara su código de honor. De hecho, a lo largo de la serie, numerosos flashbacks se suceden a la infancia de Dexter, en un intento de mostrarle al espectador la infancia de este personaje y los motivos que le llevan a actuar de un modo u otro.

La serie está contada en primera persona (la de Dexter), y nos describe a un hombre que pasa de la treintena, atractivo, ordenado, metódico, trabajador y con una vida ejemplar. Como ya he dicho, trabaja como policía forense, y es especialista en los rastros y manchas de sangre que se encuentran en las escenas de un crimen (irónico, ¿verdad?): simplemente al ver una mancha es capaz de trazar cómo ocurrió y de qué manera. Es un especialista. Obviamente, al trabajar en ésto, es un auténtico genio a la hora de elegir a sus víctimas, acabar con ellas y desacerse de las pruebas... y de los restos. La serie es simplemente genial, es una obra maestra para mi gusto, porque nos encontramos ante un hombre incapaz de amar y de sentir; es un monstruo, lo sabe y como tal se describe, y eso es lo mejor, escuchar la voz en off de Dexter, expresando lo que realmente siente en todo momento, y la cara que debe mostrar en realidad. Muchas veces, la cara interna de Dexter y la que muestra de cara a la galería son completamente antagónicas, y esa ironía y ese sarcasmo son realmente sublimes para el espectador. Nadie más que el difunto Harry sabe el horrible secreto de Dexter. Muchas veces, esta serie me recuerda a La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971), pero sólo en el hecho de los dos asesinos, Alex de Large (interpretado magistralmente por Malcolm McDowell) y Dexter: sus narraciones son en primera persona, y cuentan su historia de tal manera que hacen que el espectador simpatice con ellos, sienta con ellos, e incluso justifique sus actos, aún sabiendo que son deleznables. Esa es la magia de la ficción.

Junto a Dexter encontramos a otros personajes:

Debra Morgan, su hermana adoptiva, que también trabaja como policía. Es, por así decirlo, la única persona en este mundo a la que Dexter siente cierto apego, porque como ya he dicho, Dexter es incapaz de amar, pero debe fingirlo. Él siempre dirá que, de ser capaz de amar, su hermana Debra sería la persona a la que más afecto profesaría.

Rita Bennet, la novia de Dexter. Sí, Dexter tiene novia, y es una joven recepcionista de hotel, separada y con dos hijos pequeños. La vida de Rita ha sido miseria: su marido, Paul, un heroinómano, la violaba y maltrataba, y se encuentra en la cárcel; a lo largo de la primera temporada éste reaparecerá, haciendo tambalear de nuevo el mundo de Rita. El caso es que Rita estaba completamente destrozada, y era la candidata perfecta para Dexter para que fuera su novia: una mujer maltrecha, y dolida con los hombres, incapaz de mantener, en un principio, una vida de pareja completa. Ideal para Dexter, que siente una inclinación al sexo bastante funcional... en principio, claro.


La teniete María Laguerta, el sargento James Doakes, Ángel Batista y Vince Masuka: todos ellos son compañeros de Dexter en el departamento de policía. Con todos mantiene una relación excelente: todos los consideran un auténtico genio y un buen amigo, leal y honesto. Hasta la teniente, su superior, flirtea con él sin remedio, aunque Dexter siempre la rehúye, no olvidemos que tiene novia. Todos lo adoran, todos, excepto Doakes, el sargento, que sus años y su experiencia como policía le dicen que Dexter no es trigo limpio, y que esconde un terrible secreto; como veremos en la segunda temporada, no se equivocó.


Esta serie está basada en la novela de Jeff Lindsay El oscuro pasajero (Darkly Dreaming Dexter en el original), saga continuada con tres libros más: Querido Dexter (Dearly Devoted Dexter), Dexter in the Dark y Dexter by Design, estos dos últimos aún inéditos en España. El argumento de esta magistral serie parece haberse inspirado sólo en el primer libro y en parte del segundo, no en la tetralogía completa.

La primera temporada consta de 12 capítulos, y es sencillamente genial, asombrosa. Pero es que la segunda no se queda atrás; sí que es cierto que, como espectadora, el personaje de Lila se me antojaba raro... no acababa de acostumbrarme a su presencia; resulta curioso, porque en torno a ella gira la mayor parte de todo el argumento de la segunda temporada; en cambio, mientras degustaba la primera, el personaje de Rudy Cooper me encandiló 100%... más tarde vería por qué. Yo he disfrutado la emisión de las dos primeras temporadas de manera continua en FOX. La tercera temporada comenzará en Estados Unidos el 28 de septiembre, y como siempre, será Showtime la cadena de televisión encargada de su emisión. A España, a FOX... quién sabe cuando llegará...

En un principio, la serie puede resultar un tanto desagradable, pues es en algunas cosas bastante explícita; hay que darle tiempo, y dejar pasar dos, tres capítulos, y el clima de la serie cambia por completo, pues nos presentan al Dexter emocional, y no al asesino. Ya lo he dicho antes: el espectador inevitablemente empatiza con Dexter ¿O es que acaso no es Dexter capaz de sentir, tal y como él suponía?

Otra de las grandes cualidades de la serie es que plantea el siguiente debate: ¿está justificada la conducta de Dexter? ¿Hasta qué punto puede él matar a gente que, según él y su código, se lo merecen? ¿Realmente se merecen ese destino? Si sus víctimas son asesinos despiadados, él también lo es. ¿O no?

En cualquier caso, yo sólo diré que Dexter es mi serie favorita, de entre todas las que tengo el placer de seguir, y que son bastantes. Dentro de poco, podré disfrutar las novelas que inspiraron a la serie, y estoy segura de que las degustaré igual (o más si cabe, la magia de la literatura) que su plasmación en imágenes.



Cathernie Heathcliff.

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