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Eclipse, de Stephenie Meyer


De pronto, saltó una chispa de intuición en aquel silencio sepulcral y encajaron todos los detalles.

Algo que Edward no quería que supiera.

Algo que Jacob no me hubiera ocultado.

Algo que había hecho que los Cullen y los licántropos anduvieran juntos por los bosques en peligrosa proximidad.


Algo que, de todos modos, había esperado.

Algo que yo sabía que volvería a ocurrir, aunque deseara con todas mis fuerzas que no fuera así.


¿Es que nunca jamás se iba a terminar?


Hace dos días terminé mi lectura de Eclipse, la tercera entrega de la saga Crepúsculo, ideada por la escritora mormona estadounidense Stephenie Meyer. A veces me paro a pensar fríamente en lo rápido que las páginas de esta tetralogía fluyen por mis ojos y entre mis dedos... porque es entretenimiento en estado puro. Pero nada más.


Tras la pequeña decepción que supuso para mí Luna Nueva, Eclipse se ha constituido un soplo de aire fresco, una atmósfera renovada, un conveniente y bienvenido cambio en el devenir de la historia. Y es que disfrutar de más de seiscientas páginas de la familia Cullen, de Edward, tiene sus ventajas; ya pueden acudir licántropos miles, sempiternas clases de Jacob Black entre sus páginas que ante la simple mención de algún Cullen todo ese malestar se disipa. Porque, en mi caso particular, y aun teniendo presente la importancia que Meyer parece inculcarle a los licántropos en la historia de Bella, tanto que los intenta introducir en la historia sí o sí, aunque no encajen en el rompecabezas perfecto que Bella forma con los Cullen, la simple mención de algún miembro de este singular aquelarre familiar vampírico suponía volver a sumirme en el más dulce de los sueños, en el más agradable viaje de mi imaginación hacia el universo de Meyer. Todo lo demás sobraba... cualquier aparición de algún miembro del clan licántropo suponía un brusco y molesto despertar a mi sueño; y es que estaba francamente feliz dejando a mi imaginación inerte, para que alguien la guiara hacia algún lugar determinado, donde el disfrute absoluto sólo era posible cuando algún Cullen hacía acto de presencia; incluso Rosalie... el trío que Stephenie Meyer se sacó de la manga entre Jacob, Bella y Edward me cansa, me agota de veras... un trío amoroso innecesario para la historia, creo yo, pero vital para seguir engrosando las más que rebosantes arcas de la autora.


Eclipse me ha gustado muchísimo más que Luna Nueva, pero no tanto como Crepúsculo. Ahora me hallo inmersa en la lectura de Amanecer, y será entonces cuando reflexione de veras y haga balance de lo que la tetralogía Crepúsculo ha supuesto para mi, espero y anhelo, larga vida como lectora. De momento, tan sólo reconocer lo que es una evidencia, y es que Crepúsculo es frívolo entretenimiento, en el más puro estilo de la palabra. Dudo mucho que, dentro de un año, continúe mirando esta saga con los mismos desquiciados ojos con los que la contemplo ahora. Una cosa es innegable, y es que el impacto cultural está ahí, eso no lo podemos cuestionar, pero no puedo evitar entristecerme al pensar que la mayoría de estas personas que ahora rigen su vida lectora por Crepúsculo, público y lectores adolescentes en su mayoría, no sabrán jamás, probablemente, quién era Vlad Tepes y la importancia de éste a la hora de forjar el mito más grande de la literatura vampírica: Drácula. Es más que probable que esta contracultura teen sepa de la existencia del más famoso conde vampiro sólo por los Chupa-Chups de fresa que tan bien saben...


Sea como fuere, tampoco puedo evitar sentirme avergonzada... Alexander Pushkin debe estar moviéndose en su tumba sin parar; iba a leerme sus narraciones completas en una edición de lujo de Alba Editorial que compré hace tiempo... pero el vampiro me llamó, y yo le invité; parece haberse asentado en mi habitación, y también parece estar cómodo aquí... y la verdad, a mí no me molesta su presencia. En absoluto.


Catherine Heathcliff.


Lo que estoy escuchando: Leave Out All the Rest, de Linkin' Park (Twilight Original Soundtrack).

2 Comments:

  1. (`·.·•мαяgун•·.·´) said...
    Hola, por aquí sigo mirando en tu blog.
    Que bien que hayas terminado Eclipse, y estoy completamente de acuerdo con que Stephanie se saco de la manga este trío amoroso aunque la verdad no sería tan trío si Bella no hubiera utilizado a Jacob como hombro para llorar, o en Crepúsculo hubiese filtreao con el chico para sacar información de Edward pues el pobre de Jacob se hizo ilusiones. Vuelvo a repetir que Eclipse es mi preferido por el simple hecho en que hay de todo en la historia, porque Crepúsculo es el 1º de la historia, Crepúsculo es Crepúsculo, es como el único libro y Luna Nueva, Eclipse y Amanecer son simples complementos.
    Aunque Eclipse es mi preferido hay las ciertas partes que no me gustan, como lo que le propone Edward a Bella (que suenen las campanas de b...) o el simple hecho de que Bella sigue con la estupidez de querer ser vampira. Además en Eclipse me gusta tanto que estoy leyendo Amanecer y cuando leo algo que me saca de quizio cierro el libro y leo un capítulo de Eclipse.
    Y vuelvo a repetir que Bella empezó a dejar de gustarme porque en Crepúsculo me encanta, era un personaje muy interesante, pero en Amanecer es otra persona. En Crepúsculo te han vendido un personaje y en mitad de la saga lo cambian, estoy decepcionada por ese cambio. Por eso estoy escribiendo un FANFIC de la saga que sale a partir de Luna Nueva, y como dijo Caroline Barrio, habrá un sorprendente giro en la historia !!
    Catherine Heathcliff said...
    Querida Margot:

    A mí me gusta muchísimo "Eclipse" también, sobre todo, después de leer "Luna Nueva". Obviamente, el hecho de que Edward y, por extensión, los Cullen aparezcan durante todo el libro, ayuda bastante a eso.

    El personaje de Jacob, aun siendo adorable, a mí me cansa de veras, en serio, me agota...

    Entiendo que tu favorito de la saga sea "Eclipse", es bastante bueno; el mío, sin embargo, es "Crepúsculo", el primerísimo. Supongo que es por lo que representa para mí; llegó a mi vida en un momento bastante triste, y lo suelo asociar al libro, más que nada porque era la historia la que me mantenía la mente despejada.

    Gracias por pasarte.

    Besos, Catherine Heathcliff.

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