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La vida es curiosa. Curiosa 100%. Cuando en septiembre de 2008 mi gorriona, la que había criado durante dos meses y había visto convertirse en un avecita francamente linda, se marchó, quedé bastante triste, porque una servidora es amante de los animales, y sufre muchísimo ante cualquier animalillo que lo está pasando mal por alguna circunstancia, o bien porque me encariño demasiado pronto.


Sin embargo, ayer ocurrió algo totalmente inesperado, y creo que además increible.


Estaba yo en mi habitación delante del ordenador por la tarde, sobre las cinco o cinco y media de la tarde, cuando escucho de repente y cerca de la ventana el canto claro y nítido de un canario. Detuve mi tarea, pues me impresionó bastante oírlo tan cerca. Normalmente, desde mi habitación no se suelen escuchar, pero sí desde el salón de mi casa; la mayor parte de mis vecinos tienen canarios puestos en las ventanas, pero en las del salón, de ahí que me sorprendiera tanto escucharlo tan cerca. Inmediatamente pensé que, probablemente, alguno de mis vecinos, bien los de arriba o los de abajo, habían sucumbido y habían decidido tener también un canario. Bien, no le di la mayor importancia y seguí con mi tarea; pero entonces escucho a mi padre que me llamaba. Mi padre estaba en la habitación de al lado -es decir, la de mis padres- viendo la tele en su butaca/mecedora -su remanso de paz y tranquilidad después de comer, lugar donde se autoprodiga las más tiernas siestas-. Fui a su encuentro y me dijo: "Mira por la ventana". Y hete aquí que me encuentro en la misma un precioso canario verde con motas negras, como atigrado, y una cola larguísima, tupida y blanquecina; un canario precioso que cantaba y piaba sin parar. En casa, nuestras ventanas tienen doble cristalera, y el animal estaba entre el pequeño espacio que las separan. Mi alegría fue mayúscula, y corriendo llamamos a mi madre. Desde que era pequeña mis padres han tenido siempre canarios, pero hace un par de años, o quizá tres, se murió el último que teníamos; había vivido casi catorce años, y murió de pura vejez. Desde ese momento no hemos vuelto a tener otro pajarillo -salvo mi gorriona, pero esta no cuenta-, y mi madre se deshizo pronto de la jaula, los comederos, bebederos, etc.. ¿Qué íbamos a hacer, pues, con el nuevo invitado? Inmediatamente pensamos que se había debido de escapar de alguna casa; quizá alguien había dejado la puertecilla de la jaula abierta en un descuido. Mi madre y yo bajamos y empezamos a inspeccionar la fachada donde algunas de las ventanas de nuestros vecinos albergaban jaulas con canarios, con la esperanza de ver alguna vacía. Nada; todas tenían en ella preciosos pajarillos de los más vivos colores. ¿Qué hacer? Decidimos ir a ver a una vecina que tiene dos canarios, con la esperanza de que tuviera una jaula de sobra y comederos con un poquitín de alpiste. Así fue.


Desde ayer, nuestro curioso hallazgo está en nuestro salón, en una jaula prestada, con comederos y alpiste prestados -hasta que mañana lunes las tiendas estén abiertas y pueda comprarle una jaula y comida, y devolver ésta a su legítimo dueño-, pero con un improvisado cacharro de plástico que le hemos puesto para que le haga las veces de bañera, y lechuga y un poco de manzana. No para de cantar, y no parece haber extrañado ni la casa, ni los habitantes.


Lo cierto es que en casa mis padres y yo estamos encantados con el pajarillo, pero sobre todo, por el hallazgo, que consideramos, cuanto menos, curioso y soprendente. Mi madre no para de decirme que no me encariñe demasiado, porque si es cierto que se ha escapado, el dueño acabará apareciendo. Probablemente sí, y entonces tendré que devolverlo. Bueno, ojalá que no sea el caso...


Espero que mi perrilla Lupy olvide los celos esta vez.


La verdad y ahora que lo pienso, mi testimonio es escalofriante. Hay en Los Simpsons un personaje: una vieja loca rodeada de gatos. A mí ese personaje en concreto me hace muchísima gracia, pero a veces me da que pensar: ¿y si acabo igual que ella, loca perdida por leer tantos libros sobre vampiros, pero en lugar de gatos, rodeada de pájaros revoloteando a mi alrededor?


Dejaría de ser Catherine para pasar a ser recordada como "la loca de los pájaros", y los niños harían apuestas para entrar en mi casa, morbosamente aterrados...


...escalofriante.


Catherine Heathcliff.


Lo que estoy escuchando: Better Be Home Soon, de Crowded House (Recurring Dream).

10 Comments:

  1. Lady Caroline said...
    Hola Catherine! Preciosa la anecdota del canario! A ver si el dueño no lo reclama y consigues quedarte con él!

    Todo esto me hace recordar un periquito que tenía en Brasil. Lo encontramos paseando por el aguacatero de mi casa, tenía un color azul claro tan majo. Mi primo pudo cogerlo mientras se encontraba distraido. Tuvimos suerte, el dueño nunca apareció para reclamarlo,y estuvo con nosotros durante 5 años. Mi abuela lo cuidaba con tanto cariño, y escuchar su cantar era la alegría del hogar.

    Besos,

    Caroline
    Catherine Heathcliff said...
    ¡Hola, Caroline!

    ¿Te ha gustado? ¡Ay, mi canario! Lleva ya 24 horas con nosotras y me tiene loca... qué precioso es...

    El dueño sigue sin aparecer, y nosotros seguimos investigando. Ojalá que no aparezca, vamos, porque ya me he encariñado con el bichillo este.

    Sólo espero que esta vez mi Lupy no se ponga tan celosa como con la gorriona, porque vamos, ya sería un caso. Con lo que quiero yo a mi perrilla...

    Muchas gracias por pasarte, como siempre.

    Muchos besos,

    Catherine Heathcliff.
    (`·.·•мαяgун•·.·´) said...
    Jajaja

    Hola Catherine!!
    En serio me hizo muchísima gracia tu comentario final sobre el personaje de "Los Simpson" la verdad ese personaje también me hace mucha gracia y al mismo tiempo miedo entre comillas xD xD pero tranquila no creo que llegues a tanto yo también soy una adicta a los hámsters, y hasta día de doy he tenido bueno, tuve 2 y uno de ellos resultaba ser hembra y estar embarazada y tener 11 pero los dí a la tienda, y cuando los 2 primeros se fueron con el tiempo me compré otros 2 que también murieron de viejecitos, hace 3 meses murió uno de ellos y hace poco me compré otro.
    Pero vaya una bonita historia, me alegro por ti, me acuerdo de la entrada anterior ^^ y bueno al menos ahora es un precioso canario que en libertad no podría sobrevivir, si no viene a reclamarlo el dueño podrás quedarte con él hasta el final de sus días, ojalá, porque aunque no quieras encariñarte con él por ese temor, siempre vas a terminar encariñándote. Los animales son unas criaturas que a la mayoría nos fascinan. ¿Le has puesto ya nombre o vas a esperar un tiempo?

    Un besote muy fuerte!!
    Catherine Heathcliff said...
    ¡Hola, Margot!

    :D:D:D:D:D Sí, en serio, yo me veo convertida en un futuro en la loca de los pájaros, de verdad... rodeada de gorriones o canarios. Es que tengo adoptados también un grupo de gorriones :D Donde yo vivo, tengo un montón de árboles delante de mi ventana, y los gorriones anidan allí. Bueno, pues todos los días les echo migas de pan dos veces al día, y tengo un grupo de gorriones enorme todos los días en la ventana de mi salón.

    En serio, soy la loca de los pájaros...

    Pues fíjate, a día de hoy, nadie ha venido todavía a reclamar a mi pajarillo, así que es MÍO, SÓLO MÍO... MI TESSSSSOROOOOO... :D:D:D:D:D ¿Ves? Loca perdida...

    Sí, ya le he puesto nombre. Si mi gorriona era Cathy, mi canario es Heathcliff (Heath, para abreviar.

    Yo creo que ya se ha encariñado conmigo; me pía y me mueve las alas cuando me ve... esto sólo me pasa a mí, a la loca de los pájaros.

    Muchos besos, preciosa. Gracias por tu visita.

    Catherine Heathcliff.
    Ayrim said...
    que bueno!!!, a mi me pasa igual me encantan los animales y me encariño demasiado rapido...yo tuve dos canarios, una tortuga, un perro, etc...disfruta de su canto y no pienses...
    Catherine Heathcliff said...
    Gracias por tu visita y tu comentario, Ayrim.

    Pues sí, aquí sigue con nosotros, y que dure...

    Besos,

    Catherine Heathcliff.
    Anónimo said...
    Ay que alegría que tengas un nuevo animalito en casa!!! Me ha encantado la forma en la que has contado esta preciosa anécdota. Ya verás como esta vez hay suerte y el dueño no aparece ;)Has pensado ya en un nombre para el canario? Con respecto a lo que dices de los gatos, yo soy una loca de esos animalitos sigilosos e independientes. Llegué a tener hasta 3 en casa, en fin, cada loco con su tema. Cuidate mucho. Besos. Pilar xxx
    Catherine Heathcliff said...
    ¡Hola, Pilar!

    Gracias por tu visita. ¿Has visto? Menuda historia... yo sigo todavía sin creérmela, y es que fue cuanto menos, inesperada. Yo estoy encantada con mi pajarillo, no veas lo que canta, es que no para.

    Le he puesto de nombre Heathcliff :)

    Muchos besotes y cariñitos,

    Catherine Heathcliff.
    Luis Villaescusa said...
    Hola Catherine. En estos días he entrado varias veces en tu blog y me he decidido a comentar algo cuando he leído esta entrada sobre este canario no tuyo que cuidas. Quizás a estas alturas de Julio ya lo sea.
    Me ha gustado mucho, entre otras cosas, porque los pensamientos abstractos de muchos blogs los entienden el escritor y el lector que ha vivido esas experiencias.
    Pero este escrito tuyo, es otra cosa.

    Gracias, Luis.
    Catherine Heathcliff said...
    Querido Luis:

    Muchísimas gracias por tu visita y por tu comentario, de veras.

    La verdad es que sí, estamos a julio de 2009 y mi canario sigue con nosotros; nadie lo ha reclamado como suyo, para mi suerte. Fue todo un hallazgo y en casa seguimos encantados con él.

    Me alegro muchísimo de que te guste mi blog y que disfrutes leyendo mis pequeños escritos, que la mayor parte de las veces salen directamente de mi corazón.

    Un cordial saludo. Vuelve pronto.

    Catherine Heathcliff.

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