Blogger Template by Blogcrowds.

El mejor piropo del mundo


La semana pasada creo que fui testigo del mejor piropo del mundo lanzado hacia mi persona. Un alumno mío me dijo:

"Señorita, es que contigo dar clase es un gustazo, porque eres muy aseada. Vas siempre muy arreglada, muy bien vestida y peinada, con tus tacones, pintadita... y hueles bien, 'seño', hueles muy bien. No sé, señorita... ¡eres higiénica!".

Bien. De todas las cosas posibles de este mundo mundial, ahora resulta que soy HIGIÉNICA. Anda, mira, como el papel.

Cuánto me alegro... y yo sin ser consciente de ello...

Me alegro, me alegro.

Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Just the Way You Are, de Bruno Mars.

¡Salta!


Es fácil sentir que, a veces, en nuestra vida, estamos al borde de un precipicio, listos para saltar. Sabemos hacerlo, queremos, y lo que es mejor, conocemos a la perfección cómo preparar nuestro cuerpo para recibir el impacto sin lastimarnos. Al fin y al cabo, ahí abajo nos espera la felicidad y la sonrisa perenne.

Pero, ¿qué nos detiene? ¿Qué me detiene?

El temor a equivocarme me tiene anclada al rocoso suelo, sujeta firmemente, y cualquier intento de moverme resulta infructuoso.

¿Qué debo hacer para liberarme?

A lo mejor la clave está en seguir contemplando el fondo y valorar la magnitud del salto. Y no saltar, no saltar, no saltar... aunque sepa que no me va a lastimar. O saltar, saltar, saltar... aunque sepa que me estoy equivocando...

... o no.

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Playing with Fire, de Brandon Flowers (Flamingo).

Do you speak English?


Estos días ando más hasta arriba de trabajo de lo habitual, así que sabía ya de antemano que este fin de semana no iba a hacer nada especial, tan sólo liarme la manta en la cabeza, pijama de Hello Kitty puesto, y enfrascarme en el ordenador durante estos tres días. Sin embargo, también necesitaba hacer una visita a mi Sancta Sanctorum: la Fnac. Sucede lo que pasa siempre que voy a la Fnac, y es que acabo comprando más cosas de las que inicialmente tenía planeadas. Ayer no fue la excepción: iba con el firme propósito de llevarme el último cd de James Blunt.

Que a mí la Fnac me encanta no es ningún secreto; el problema es que tanta información acaba por abrumarme. Por esta razón, la mayor parte de veces voy directamente a los encargados. Yo no encontraba el nuevo de James Blunt por ninguna parte, así que me acerqué a la muchacha del mostrador. Lo que a continuación detallo sucedió tal cual:

CatherineHeathcliff: Hola, perdona, una preguntita: ¿el último de James Blunt, por favor? (yo pronuncié el apellido del cantautor inglés con "u").
ChicaFnac: Sí... ahm... de James Blunt, ¿no? (y ella pronunció el apellido con "a". A mí ya me empezó a tocar las narices un poco porque... lo tomé como una corrección en toda regla).
CatherineHeathcliff (con cejas de incredulidad levantadas): Sí, ese. Es que voy buscando el último cd, que ya no sé si ha salido a la venta o no, y bueno, para llevármelo, si es que sí.
ChicaFnac: Sí, el ordenador me dice que sí... el cd es "Sommmmmmme Kindddd of Tttttttrrrrrrroubleee", ¿verdad? (en cursiva aparece el título real del cd, que es Some Kind of Trouble. ¿Por qué lo escribo de esa manera? Porque la chica en cuestión sacó todo su alarde anglosajón y me pronunció esas cuatro palabras de la manera más exagerada posible. [Ironic Mode On] Ahí, Catherine, que te quede claro que la chica controlaba el inglés, y no sólo tú, habráse visto, ¿serás creida? [Ironic Mode Off].
CatherineHeathcliff: Eeerrmm... esto... sí, ese, ese. ¿Está?
ChicaFnac: Pues sí, sí lo tenemos. Mira, ve a ese estante de allí y búscalo, está por la "B" (Catherine pensaba: [Ironic Mode On] "sí, por la "b" de "BlAnt" [Ironic Mode Off]). Búscalo por allí, seguro que lo encuentras.
CatherineHeathcliff: Gracias... (y Catherine añadió: "no muevas el culo para dármelo, se te vaya a caer el cachete izquierdo". Hubiese estado guay que se lo dijera de verdad, no mentalmente, como hice. Es que tengo mucha educación...).

Pues ahí tenemos a Catherine buscando su cd, acordándose de los santos difuntos de la muchacha, porque si hay algo que me guste de la Fnac es la atención que recibo: siempre cordial y amable, con una sonrisa, y que además, los chicos y chicas que allí trabajan suelen darte lo que estás buscando, no mandarte al estante donde están las cosas, más que nada porque ellos saben exactamente dónde está tal o cual cosa. Pero si hay algo que me molestó sobremanera es el alarde de presunción de la muchacha. Oiga, lo mismo era hasta filóloga, quién lo sabe, pero yo también lo soy, y sé que el apellido del soldado músico se dice con la "a" que fonéticamente se representa con un triangulito sin base. Toma, niña de la Fnac, ¿has visto? Si yo sé de lo que hablo. Pero me parece innecesario alardear cuando no hace falta... no sé. Y las correcciones a destiempo. Es como si yo hablo de mi sistema operativo Windows Vista Home Premium con mi compañero de informática del cole y le digo: Windous Vistttta Houm Prrrrimiuum. Porfa "plis", que hay que relativizar...

Because I speak English, of course, but I don't boast about it!

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Vamos a homenajear al músico inglés de la discordia: These Are the Words, de James "BlAnt" (Sommmmmme Kinndddd of Ttttttrrrrrrrroooooouuuubllllleeeee).

...Happy birthday to me...

"Happy birthday", sang Topo Gigio...



Catherine Heathcliff.




A los 25 años


A los 25 años, trabajaba de profesora de inglés de 1º de secundaria en un colegio concertado de Sevilla. A los 25 años, me hicieron tutora de 33 niños de 1º ESO. Ampliación de contrato, una ligera subida de sueldo, que contemplé como agua de mayo. Henchida de orgullo, siempre lo he considerado un ascenso, porque aunque supone muchísimo más trabajo y muchísima más responsabilidad, lo disfruto cada día como si fuera el primero. Repetería como tutora este año y muchos más.

A los 25 años, vivía en una de las ciudades más hermosas de la tierra: Sevilla. Pasé de un piso ruinoso a otro reformado de principio a fin, y en una situación privilegiada de mi barrio: desde mi ventana del salón, veo el patio de mi colegio, y oigo la sirena y el timbre que nuestro bedel toca al principio y al final de cada clase; justo en frente, tengo la sucursal bancaria para pagar el alquiler y facturas varias, con lo que me puedo permitir el lujo de bajar en pantuflas de las Super Nenas y pijama de Hello Kitty para pagar el alquiler, si quiero; mi peluquero, José, tiene su establecimiento al cruzar la calle, y justo delante, tengo una parada de autobús para ir al centro. Y lo mejor de todo: una de mis mejores amigas vive en el portal de al lado... ¡la de tardes de café que hemos tenido en mi piso!

A los 25 años, me enamoré de medio a medio. Y me dio tiempo también a construir castillos en el aire, para después derrumbarlos muy gustosa ladrillo a ladrillo, poco a poco, con paciencia y deleite cargado de desilusión y hastío. Hoy día, donde antes había un enorme castillo con vistas al mar, queda sólo un solar y un recuerdo perdido en mi memoria.

A los 25 años, te conocí a ti, mi querido amigo Fran (mi Francisco). Me incomoda, me molesta, me entristece, me agobia, me aterra increíblemente imaginarme la vida sin ti. Por favor, conspira siempre conmigo para que eso jamás ocurra, para que siempre seas mi amigo...

A los 25 años, conocí a gente maravillosa, y a gente que no lo fue tanto. Sin embargo, me quedo, sin duda, con las personas que, hoy por hoy, pueblan mi corazón. Ya no me importa dar nombres en mi blog, porque esos nombres forman parte de Catherine Heathcliff: Ana, Carmen, Concha, Elena, Luis, Sabrina... parece increible albergar tanto cariño por personas que hace tan poquito que se conoce... Y a los 25 años, tuve la inmensa suerte de seguir contando con mis dos grandes amigas aquí en Sevilla, las que me abrieron las puertas de su casa, de su familia y de su amistad, cuando sólo me conocían de nuestras mañanas en el colegio; gracias, Mª Carmen y Patri.

A los 25 años, Mariola, Pilar (¡mis peluchitos!), María, Tere, Chema, Juani, Javi, Carmen y Paco me siguieron regalando su cariño incondicional. Y volví a cruzar mi camino con Guada y con Ayrim; tiempo atrás, pequeños malentendidos sin sentido provocaron que caminásemos en direcciones opuestas. Me alegra saber que os tengo de nuevo ahí... no nos perdamos de nuevo, ¿de acuerdo?

A los 25 años, vi cómo a mi padre le diagnosticaban un cáncer. Creí que era imposible, pero a la vida le gusta jugar al boxeo y golpea con frecuencia dolorosos uppercuts. A los 25 años, fui testigo de que mi padre sufriera un tromboembolismo pulmonar y casi, casi, casi se nos va. A los 25 años y tras seis meses de sufrimiento, puedo decir que mi padre ha vuelto a nacer. Y mi madre y yo también. A los 25 años, puedo decir con la boca llena que mis padres, los dos, siguen a mi lado. Y por muchos años, porque me hacen mucha falta.

A los 25 años, he estado más enferma que en toda mi vida. Amigdalitis infecciosa. 20 días arrastrando dolores de huesos, dolor de garganta... la ingesta de comida y bebida era trabajo para Ethan Hunt, no para mí, a diario. Firmo ahora mismo si eso significa que será lo más enferma que estaré en mi vida.

A los 25 años, la lectura de mi Trabajo de Investigación es inminente. Y ardo en deseos de que así sea, y por fin decir que hay capítulos de un libro abierto que se van cerrando poco a poco.

Mañana cumplo 26 años. Y abandonar el cuarto de siglo me entristece terriblemente, pero tengo la inmensa suerte de pensar que lo vivido no ha sido tan malo. Ojalá que los próximos 365 días sean la mitad de buenos que estos y estén tan cargados de buenos momentos...

...porque a la larga, nos nutrimos de los buenos, como de la vitamina D del sol. Los malos, ¿para qué conservarlos? Se esconden en un lugar de la memoria, y allí permanecen, como malos sueños. Vista al frente, nunca mirar atrás.

Gracias a todos, gracias a todo. Mi corazón es vuestro.

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Don't Look Back, de She & Him (Volume II).

Reencuentros




Yo puedo decir que, en todos los sentidos, no soy la misma de hace, no sé, ¿dos años? Me asusta saber que, ahora, en este momento, justo ahora, estoy bien. Me siento bien en todos los sentidos, tranquila, que no es poco. Y agradecida de que mi familia, ahora mismo, esté bien. Ahora sí, después de todo.

Y ahora, justo ahora, me ha hecho feliz reencontrarme contigo, Ayrim.

Después de todo, después de tantas cosas...

Catherine Heathcliff.

Lo que estoy escuchando: Into the West, de Annie Lennox (The Lord of the Rings: The Return of the King Soundtrack).

Entradas más recientes Entradas antiguas Inicio