Blogger Template by Blogcrowds.

Despertar (The Awakening), de L. J. Smith


"'Es hora, Stefan'", pensó Elena. Y, con suma delicadeza, atrajo de nuevo la boca del muchacho hacia abajo, en esa ocasión hacia su garganta".


En la Italia renacentista, los hermanos Stefan y Damon Salvatore se enfrentaron por el amor de una joven. Siglos más tarde, volverán a hacerlo por Elena Gilbert, una de sus compañeras de instituto, que desconoce su verdadera identidad.


Por fin pude terminar de leer un libro que me tenía francamente intrigada: Despertar (The Awakening), de la autora estadounidense L. J. Smith. Primer volumen de la saga Crónicas Vampíricas -que nada tienen que ver con las de Anne Rice-, Despertar es la antesala de Conflicto (The Struggle), Furia (The Fury) y The Dark Reunion (Invocación), este último aún sin publicar en España, aunque es inminente; según la autora desde su propia página web, hay un quinto volumen, Damon, aún inédito en nuestro país. La verdad es que Despertar como lectura ligera para antes de dormir es estupendo, porque al igual que la saga de Meyer, este libro es puro entretenimiento sin más pretensiones, pero con dos diferencias: Smith no se anda con rodeos innecesarios -al contrario que Meyer-, va directa al meollo de la cuestión, lo que hace que se tenga la sensación de constante avance en la lectura; y, sobre todo, el estilo de Smith es muchísimo más rico que el de Meyer. Despertar está bastante mejor escrito que cualquiera de los libros de Crepúsculo, y pido disculpas de antemano, pero es una realidad. Puede gustar más o menos, ahí yo ya no entro, pero desde luego, en lo que a estilo se refiere, se ve a legua que Smith se preocupaba bastante más que Meyer.


He leído en varios sitios de internet que Meyer se inspiró directamente en las crónicas de Smith para idear su universo de vampiros Cullen en Forks. Francamente, languidecía de curiosidad ante semejante revelación; quería comprobar por mí misma que era así. Bueno, no sólo es así, sino que Crepúsculo es descaradamente parecido, pero con las justas y necesarias diferencias para que no sea igual. Bella Swan no es Elena Gilbert; esta última es increíblemente guapa y popular, pero ambas languidecen de amor por un chico incomprendido e irremediablemente irresistible: Edward Cullen y Stefan Salvatore, respectivamente, ambos, claro está, vampiros atormentados por su propia naturaleza y por el daño que pueden causar a sus amadas. Tanto Bella como Elena pertenecen a hogares desestructurados, la primera por divorcio y la segunda por repentina muerte de sus progenitores; por eso las dos sienten que su lugar está en otra parte, con otra clase de compañía... vampírica, claro. Pero bueno, sí que es cierto que echarían mucho de menos a sus amigas, Angela y Jessica en el caso de Bella, y Bonnie y Meredith en el de Elena. Y hay unos chicos -humanos, claro- que lamentarían muy mucho la elección vampírica de Bella y Elena: Mike, en el caso de la primera, y Matt, en lo que se refiere a Elena; ambos chicos sufren de amor despechado y rechazado por parte de las dos heroínas con una enfermiza tendencia y obstinación a todo lo vampírico. Pero, chicos, lo siento, así es la vida, y es que Mike, tú no estuviste ahí cuando a Bella la asaltaron un grupo de depredadores sexuales en Port Angeles, pero sí lo estuvo Edward, con su Volvo plateado, para rescatarla; y tú, Matt, tampoco estuviste cerca cuando Elena fue abordada por un peligrosamente desatado Tyler, (me acabo de dar cuenta -de acordarme, vamos- de que también hay un Tyler en Crepúsculo, el que casi mata a Bella en el primer libro, al ser incapaz de manejar su furgoneta en el hielo), pero sí Stefan, que no sólo rescató a la joven, sino que la metió con cuidado y caballerosidad en su flamante coche -que, por cierto, no sé cual es... creo que era un descapotable, o así me lo imagino yo, al menos-. Y bueno, Bella causa estragos en Jacob Black, hasta el punto de que la rivalidad creada entre Edward y Jacob por la joven amenaza con desmoronar ambas relaciones; Elena es el punto de discordia entre Stefan y su hermano Damon, que no es licántropo, sólo faltaría, pero sí que es un vampiro muchísimo más fuerte, más poderoso, y sobre todo, con más malicia que Stefan y con una ausencia total de escrúpulos. Porque, claro, Stefan es un vampiro "vegetariano", es decir, sólo se alimenta de animales -anda, mira, como Edward Cullen... qué curioso, oye- pero Damon es un vampiro, y de los malos, malísimos, de los que se alimentan sólo y exclusivamente de humanos, y además, se regodea en ello -anda, mira, como James en el primer volumen de la saga de Meyer-. Claro, la pobre Bella está hecha un lío: ¿Edward o Jacob? ¿Jacob o Edward? Y Elena no va a ser menos: ¿Stefan o Damon? ¿Damon o Stefan?


¿Coincidencias? Ni en sueños. Si dijera que la saga Crepúsculo es una copia de las Crónicas vampíricas de Smith mentiría, porque no lo es, pero es evidente que la inspiración es más que un hecho, y que sólo me he permitido la licencia de añadir los puntos en común que yo encuentro más significativos; estoy por asegurar que si ahondo más profundamente hallaría más datos en los que ambas historias convergen, pero creo que ya es suficiente, y que mi propósito al decidir escribir esta entrada está más que demostrado.


La saga de Smith se publicó en la década de los noventa. Meyer publicó el primer volumen de Crepúsculo en 2005. Las fechas hablan por sí solas. Yo, por lo pronto, si me dan a elegir, Smith sería mi particular decisión, sin duda. Hay muchísima más madurez en lo que ella escribe, y presumo que puede resultar bastante más afín a un público de mayor edad que el universo ideado por Meyer.


Pero, a fin de cuentas, no es más que mi humilde opinión.


Catherine Heathcliff.


Lo que estoy escuchando: Eyes on Fire, de Blue Foundation (Twilight Original Soundtrack).

6 Comments:

  1. (`·.·•мαяgун•·.·´) said...
    Bueno has sacado a la luz las cosas que coinciden, la verdad es que yo no me había fijado mucho pero en fin... para gustos colores, aunque no has señalado concretamente si te ha gustado o no simplemente dijiste que estaba bien como las de Crepúsculo, bueno estoy deacuerdo contigo en que Smith va al grano y no se inventa cosas como Meyer pero en fin, cada uno tiene su manera de escribir.

    Muchos Besotes!! Esperare impaciente a tu próxima entrada
    Catherine Heathcliff said...
    Querida Margot:

    Llevas toda la razón, no he señalado con claridad si me gusta más o no porque no lo sé. Las dos me gustan por igual, todo hay que decirlo, cada una en su estilo. No obstante, sí que es cierto que al final he puesto que me quedo con las de Smith porque ella las escribió primero, pero no por otra cosa.

    Sí te confieso que el sentimiento de estar totalmente enganchada me ocurrió con "Crepúsculo", pero no con esta saga; no sé si es porque ando ya curada de espanto o no sé, pero es así.

    De todos modos, sabes que soy y seré siempre adicta a los Cullen, a pesar de los pesares. ¡Es que Jasper es mucho Jasper! :p

    Muchas gracias por pasarte, guapísima, eres un sol.

    Muchos besos,

    Catherine Heathcliff.
    Lady Caroline said...
    Hola Catherine!

    Estupendo artículo como siempre!

    Es inevitable hacer comparaciones observando tantos puntos en común entre las dos sagas! Estoy verdaderamente intrigada de leer esta novela, cuando termine con el Amanecer inmediatamente iré a por "Despertar"!! Bueno una cosa es cierta: Los Cullen son quién son "Los Cullen", únicos y capaces de hipnotizar a cualquiera.

    Besos,

    Caroline Barrio
    Catherine Heathcliff said...
    Querida Caroline:

    Muchas gracias por tu visita, siempre fiel ;)

    Pues sí, yo te recomiendo que, en cuanto termines la saga "Crepúsculo", te adentres en esta otra. Verás que tienen demasiados puntos en común, pero yo creo que te gustará más la de Smith a la larga. Está mucho mejor escrita y no da rodeos innecesarios, como sí lo hace Meyer, por ejemplo.

    Le he dicho a Margot en su comentario que sí que parecía que el sentimiento de estar enchanchada a la lectura me ocurrió con "Crepúsculo", y no con "Despertar"; bueno, pues retiro lo dicho, porque ahora estoy leyéndome el segundo volumen de la saga de Smith, "Conflicto", y estoy enganchadísima. Me encanta... y es que Damon, el malo malísimo, tiene un encanto que no veas; es más malo que un demonio emplumado, pero es enfermizamente encantador. Como buen vampiro byroniano que se precie. Lo dicho, me chifla...

    De todos modos, siempre lo diré: los Cullen son los Cullen, pase lo que pase. Yo ya no digo Edward, porque no voy a decir nada nuevo, pero sí que lo digo de los demás -menos Rosalie, que sigue sin gustarme un pelo-.

    Muchas gracias por tu comentario, Caroline.

    Muchos besos,

    Catherine Heathcliff.
    eLiZaBeST said...
    Hola!!!

    He leìdo tu comentario y me has creado la necesidad de leer estos libros. Yo ya leì los libros de Meyer, asì que aùn no puedo comentar nada respecto a las similitudes, aunque desde los colores utilizados en las portadas coinciden. Pero por lo que has escrito la historia es sumamente interesante.

    Gracias.
    Catherine Heathcliff said...
    Querida eLiZaBeST:

    Gracias por tu visita y tu comentario.

    Me alegro de que te haya gustado mi entrada y me alegro aún más si decides finalmente comenzar a leer las Crónicas Vampíricas de Smith. Te advierto de una cosa: el último número editado es bastante decepcionante, pero los dos primeros volúmenes son muy entretenidos.

    Un saludo afectuoso y, de nuevo, gracias por tu visita. ¡Vuelve pronto!

    Catherine Heathcliff.

Post a Comment



Entrada más reciente Entrada antigua Inicio