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Hace dos noches decidí ver Diamante de sangre (Blood Diamond en el original), si bien es cierto que mi acercamiento hacia ella era de bastantes reticencias. He conocido a varias personas que me dijeron que no desperdiciara mi tiempo viéndola; conociéndome, obvié el comentario, pero sí que es cierto que ya iba con la idea preconcebida de que no me iba a gustar.


Bueno, pues me equivoqué otra vez.


Diamante de sangre es una muy buena película, muy realista, a mi juicio. Las escenas violentas son una constante, pero lamentablemente, una realidad en Sierra Leona, y por extensión, en cualquier país de África.


La película tiene lugar en el año 1999 durante la encarnizada guerra civil que asoló Sierra Leona, entre el gobierno del país y las fuerzas o guerrillas rebeldes del FUR (Frente Unido Revolucionario). Ante este desolador paisaje, Solomon (Djimon Hounsou), un pobre pescador, ve como el FUR masacra su poblado, captura a su mujer y a dos de sus tres hijos, y se lleva al mayor para entrenarlo en las "artes" de la guerrilla; además, él mismo es secuestrado para trabajar sin descanso en las minas de diamantes que controla el FUR, pues esta organización, a través del tráfico de diamantes, encuentra perennes fondos de financiación a su lucha: a través del contrabando de estos diamantes a otros países y del dinero obtenido de la venta de los mismos consiguen un constante devenir de armas que secunden su revolución. Un día Solomon encuentra en las minas de diamantes un ejemplar bastante grande y de un curioso color rosado, así que decide enterrarlo para más tarde quedarse con él, pero es descubierto por un soldado del FUR; en ese momento, el gobierno atacó la mina en la que Solomon estaba, y tanto él como el soldado del FUR que le había visto el diamante son apresados. Estando en la cárcel, Solomon se encuentra con Danny Archer (Leonardo DiCaprio), un ex mercenario nacido en Zimbabwe, que vive del continuo contrabando de diamantes que él mismo lleva hasta la frontera de Liberia (las exportaciones de diamantes desde Sierra Leona están prohibidas; por eso los contrabandistas deben ingeniárselas -constantes sobornos para ello, obviamente- para hacer llegar los diamantes al país vecino, Liberia, y continuar así con el ilegal proceso). Quiere el destino que Danny descubra que Solomon tiene un enorme diamante rosado escondido, así que cuando el primero es liberado, hace que salga Solomon de la prisión también. ¿El motivo de Danny? Quedarse con el diamante para el contrabando. ¿El motivo de Solomon? Poder encontrar a su familia, y en especial, a su hijo Dia; entre Danny y Solomon surge como una especie de pacto, una simbiosis, de la que ambos obtendrán algún tipo de beneficio. Además de ambos, la periodista Maddy Bowen (Jennifer Connelly) entra en acción, haciendo aún si cabe la simbiosis del trío protagonista más perfecta: Maddy quiere destapar la maraña de contrabando y muertes que rodea al comercio ilegal de diamantes, prohibido por la comunidad internacional; quiere destapar sobre todo el hecho de que los principales beneficiarios de este contrabando y de esta masacre humana son las multinacionales de los grandes países; quién mejor que darle esa información que Danny, un contrabandista de primer orden. Danny quiere que Solomon le indique dónde está enterrado el diamante rosado, y para ello, debe cumplir su parte del trato: ayudarle a encontrar a su familia; Danny sabe que con Maddy podrá encontrarlos más fácilmente, pues ella tiene información a las bases de datos de los campos de refugiados a los que posiblemente hayan sido enviados la mujer y los dos hijos menores de Solomon. Pero nos queda Dia, su hijo mayor... lo encontrará a través de su periplo por corazón de Sierra Leona, pero ya no será su Dia, sino un cruel y despiadado niño soldado del FUR...


Con respecto a las actuaciones, bueno, el adjetivo general es "correctas". Leonardo DiCaprio hace un buen papel, y está... eso, correcto. DiCaprio nunca ha sido santo de mi devoción, así que no puedo reconocer que hace una interpratación magistral, por la sencilla razón de que creo que no es un gran, gran, gran actor. Es buen actor. Punto. Y sus interprataciones son correctas. Y sí, digo lo mismo también de su trabajo en Infiltrados (The Departed (2006), de Martin Scorsese). Yo siempre diré que ante cualquier película de Leonardo DiCaprio siempre hay algún actor que lo eclipse. Y en Diamante de Sangre ese actor es Djimon Hounsou; para mí es lo MEJOR de la película en lo que a interpretaciones se refiere, y lo digo en mayúsculas: pedazo de actor, sí, señor. Cuando su Solomon gritaba, yo gritaba; cuando reía, yo reía; y, sobre todo, cuando lloraba, mis lágrimas eran las suyas. Grata sorpresa, y no es porque lo considerara mal actor, pero es que nunca le había visto una interpretación tan visceral como ésta. Y es que En America (In America (2002), de Jim Sheridan) es una de mis grandes asignaturas pendientes. Con respecto a Jennifer Connelly... bueno, no está mal, está correcta también. Sí que es cierto que a mí Jennifer me ha encantado desde siempre, pero en esta película había veces en las que sus planos me parecían completamente prescindibles... un mal día, supongo.


Después de haberla visto y de estar recordándola a medida que escribo esta entrada, sólo puedo decir que es una gran película. Como ya he dicho antes, a mí me pareció muy, muy, muy realista, y sobre todo, hace sentir al espectador realmente insignificante ante los grandes problemas que asolan África; los niños soldados es una cruel realidad, y eso es lo que más me impactó, pues es algo que todos conocemos y volvemos la cara ante ello. África es ese gran continente olvidado... y si hay algo que tengo claro es que el fin del mundo no tiene fecha fija en África, porque el apocalipsis llega siglos devastando ese maltrecho continente.


Catherine Heathcliff.
Lo que estoy escuchando: Earth Song, de Michael Jackson (History).


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