El club contra el crimen.
Bajo este nombre (Women's Murder Club en el original) se presentó en FOX el lunes pasado esta nueva serie. Durante las anteriores semanas, la promoción televisiva de esta serie en dicho canal había sido considerable, y yo, asidua telespectadora del mismo -de hecho, es el único canal que veo, pues sólo veo la tele durante la noche mientras ceno- miraba con recelo esta nueva incorporación. ¿Por qué? Bueno... a mi juicio intentaban vendernos la moto; cada capítulo de esta serie parecía, a juzgar por la promoción, girar en torno a misterios policiales varios, resueltos con éxito, por supuesto, por 4 mujeres, muy intrépidas y muy divinas ellas. Claro, a mí esto me olía a chamusquina... y a feminismo barato, una de las cosas que más odio por encima de todas las demás sobre la faz de la tierra.
Bueno, pues me equivoqué.
El primer capítulo -el piloto- no sólo me sorprendió gratamente, sino que me animó a continuar viendo la serie, a seguirla; en otras palabras, me quedé con ganas de más. Es cierto que no me equivoqué en el argumento. La principal protagonista es Lindsay, una detective obsesionada con su trabajo, con una vida personal bastante penosa, pero tan eficiente y cumplidora en sus labores, y en lo cotidiano tan absolutamente patosa, que el espectador no puede más que simpatizar con ella de inmediato. Obviamente, éste es el eterno cliché del policía bueno... sólo que en mujer. A Lindsay la acompañan Jill, abogada, Claire, médico forense, y Cindy, periodista en prácticas; juntas parecen formar una especie de cuarteto contra el crimen, "como un club", como diría Cindy, contra los misterios y crímenes que, presumo, en cada capítulo irán apareciendo.
La serie engancha, en gran parte, por la curiosidad que plantea el hecho de un nuevo crimen a resolver en cada capítulo; no obstante, he de decir que los cuatro personajes femeninos son encantadores, y eso que en un principio los rechacé vehementemente, por considerar que la serie era sólo un mero pretexto para idealizar a la mujer trabajadora, luchadora y emprendedora de hoy día. Cada una de las cuatro, en sus retratos tanto personales como laborales, y por supuesto, en su relación de amistad, gustan al espectador por igual; cada una de ellas es capaz de ofrecer a la audiencia características varias que las hacen simpáticas, pues el telespectador es capaz de aceptar rasgos de cada una de ellas para construir el personaje perfecto; las cuatro son un todo, y eso es lo que gusta de ellas.
En definitia, es una buena serie, que, sobre todo, engancha, y deja con ganas de más. Y no, no es una muestra más de feminismo barato; si así fuera yo no estaría hablando de ella en este, mi blog.
Un exceso de autoafirmación cae, irremediablemente, en la exclusión, y por ende, en la autodiscriminación. Una mujer demuestra lo que es cada día, día a día, sin necesidad de reivindicaciones sangrantes y acérrimas.
Bajo este nombre (Women's Murder Club en el original) se presentó en FOX el lunes pasado esta nueva serie. Durante las anteriores semanas, la promoción televisiva de esta serie en dicho canal había sido considerable, y yo, asidua telespectadora del mismo -de hecho, es el único canal que veo, pues sólo veo la tele durante la noche mientras ceno- miraba con recelo esta nueva incorporación. ¿Por qué? Bueno... a mi juicio intentaban vendernos la moto; cada capítulo de esta serie parecía, a juzgar por la promoción, girar en torno a misterios policiales varios, resueltos con éxito, por supuesto, por 4 mujeres, muy intrépidas y muy divinas ellas. Claro, a mí esto me olía a chamusquina... y a feminismo barato, una de las cosas que más odio por encima de todas las demás sobre la faz de la tierra.
Bueno, pues me equivoqué.
El primer capítulo -el piloto- no sólo me sorprendió gratamente, sino que me animó a continuar viendo la serie, a seguirla; en otras palabras, me quedé con ganas de más. Es cierto que no me equivoqué en el argumento. La principal protagonista es Lindsay, una detective obsesionada con su trabajo, con una vida personal bastante penosa, pero tan eficiente y cumplidora en sus labores, y en lo cotidiano tan absolutamente patosa, que el espectador no puede más que simpatizar con ella de inmediato. Obviamente, éste es el eterno cliché del policía bueno... sólo que en mujer. A Lindsay la acompañan Jill, abogada, Claire, médico forense, y Cindy, periodista en prácticas; juntas parecen formar una especie de cuarteto contra el crimen, "como un club", como diría Cindy, contra los misterios y crímenes que, presumo, en cada capítulo irán apareciendo.
La serie engancha, en gran parte, por la curiosidad que plantea el hecho de un nuevo crimen a resolver en cada capítulo; no obstante, he de decir que los cuatro personajes femeninos son encantadores, y eso que en un principio los rechacé vehementemente, por considerar que la serie era sólo un mero pretexto para idealizar a la mujer trabajadora, luchadora y emprendedora de hoy día. Cada una de las cuatro, en sus retratos tanto personales como laborales, y por supuesto, en su relación de amistad, gustan al espectador por igual; cada una de ellas es capaz de ofrecer a la audiencia características varias que las hacen simpáticas, pues el telespectador es capaz de aceptar rasgos de cada una de ellas para construir el personaje perfecto; las cuatro son un todo, y eso es lo que gusta de ellas.
En definitia, es una buena serie, que, sobre todo, engancha, y deja con ganas de más. Y no, no es una muestra más de feminismo barato; si así fuera yo no estaría hablando de ella en este, mi blog.
Un exceso de autoafirmación cae, irremediablemente, en la exclusión, y por ende, en la autodiscriminación. Una mujer demuestra lo que es cada día, día a día, sin necesidad de reivindicaciones sangrantes y acérrimas.
Catherine Heathcliff.
Etiquetas: Una de series
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