La verdad es que desde ayer hasta hace cosa de diez minutos llevaba considerando un montón de entradas para este mi blog... montones de entradas en las que hablaría, como es mi estilo, de varias cosas, tanto personales como más, digamos, frívolas. Y en realidad, ése era el principal propósito que perseguía al encender el portátil; bueno, ése y el de pasar unas fotos que hoy he hecho al disfrutar de una comida muy agradable y un rato muy divertido fuera de casa, y en muy buena compañía, aprovechando las festividades que están teniendo lugar no muy lejos de aquí.
El caso es que, en fin, tenía muchos temas de los que hablar... hasta que he visto, por casualidad, un titular de noticias que decía: "Nuevo videoclip de Coldplay". Obviamente y conociéndome, cuando leo "Coldplay" en cualquier sitio inmediatamente mi cuerpo y mi mente se paralizan, y sólo prestan atención a una sóla cosa, y es precisamente, la que tiene que ver con ese nombre. Así que allá que me aventuré a ver qué se escondía tras tan suculento titular; en cierto modo, yo me imaginaba que era el videoclip de Viva la Vida, su nuevo single y el que da título al álbum, y efectivamente, de ese se trataba. También pensaba que se trataba del videoclip completo que ya prepararon para iTunes, promocionando que su álbum se podía descargar de dicha plataforma; el anuncio para este portal apenas sí duraba un minutejo, así que supuse que sería la "versión extendida". Craso error.
La verdad es que mi admiración desmedida por estos tres ingleses y un escocés no tiene límites, y después de contemplar lo que he visto hoy, me temo que seguirá siendo así por los siglos de los siglos, Amén. Es una delicia de videoclip; es como estar sumergida dentro de un lienzo, y en efecto, ese era el propósito de los realizadores. La portada del nuevo álbum es La libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix, pintor francés mundialmente conocido por ser uno de los grandes artistas que pusieron imágenes a la revolución francesa, gesta que siguieron otros como Jacques-Louis David. Pues bien, tomando como referencia la obra de Delacroix, el videoclip de Coldplay introduce al espectador en un mar de colores, y como trasfondo, tras la silueta de los cuatro miembros, se dejaba entrever el cuadro...
No sé, yo no soy historiadora del arte -aunque por muy poco, porque cuando comencé mis estudios universitarios, solicité como segunda opción Historia del Arte- y cualquier intento que haga para pretender describir el vídeo queda en eso, en una vana pretensión. Yo lo único que alcanzo a decir es que me ha parecido absolutamente sublime; la textura de imagen que imita al lienzo agrietado, y los colores, sobre todo los colores... eran como pinceladas, y el acrecentado azul de los ojos de Chris Martin hechizan al más pintado, nunca mejor dicho,... o a la más pintada, como es mi caso.
Reconozco que no hablo desde la objetividad; para mi no ha existido, existe, ni existirá grupo más grande en la historia como Coldplay. Cuestión de gustos, lo sé, y muchos de los que lean esta entrada discreparán fervientemente y de todo corazón. Pero para mi lo son, y lo seguiré diciendo... para mi la música no es sólo un mero entretenimiento; para mí la música es parte vital de mi ser, y Coldplay siempre, siempre, siempre, por alguna razón o por otra, ha estado ahí para ponerle la banda sonora a mi vida, a los diferentes momentos de mi existencia; y nunca olvidaré tampoco de qué manera empezaron a formar parte de ella; tenía una amiga que se compró los dos primeros álbumes (Parachutes y A Rush of Blood to the Head), y yo, bueno, un poco dejándome llevar por la publicidad que rodeaba a temas tan hermosos como Trouble, Clocks o In My Place, se los pedí y los grabé; y ahí quedó la cosa, dos álbumes grabados cogiendo polvo. Pero... en 3º de carrera me fijé en un chico que solía tener clases en el aula de en frente a la mía; no sabía quién era, ni sé quién es, ni tenía ni pajolera idea de cuál era su nombre, ni la tengo ahora, pero el caso es que me empezó a gustar, y mucho, sin más... y coincidió que empezó a gustarme cuando ponía los cd's para escuchar sólo Trouble, Clocks o In My Place... y poco a poco, no sólo esas tres fueron capitales para mí, sino también Yellow, Politik, Amsterdam y, como no, The Scientist, que es, hoy por hoy y para mi, la canción más hermosa jamás escrita, de la que ya hablaré en otro momento.
A partir de ahí, por una razón tan aparentemente trivial como era esa, Coldplay dejó de ser un grupo de tres canciones para formar parte de mi vida, de mi banda sonora, de mi. Y siempre que los escucho, sea la canción que sea, cada nota, cada acorde me recuerda a algo, tanto bueno como malo, tanto feliz como triste... un recuerdo dulce o amargo, me da igual; lo dulce sirve para rememorarlo y paladearlo, y el amargo para aprender de él y no repetirlo.
Y a pesar de lo que muchos puedan creer y decir, yo seguiré pensando eso de su música, de ellos, pues, al fin y al cabo, forman parte del poso vital de mi existencia... entiendo que igual sea difícil de comprender, pero yo me pregunto, ¿qué sería del ser humano sin algo tan sublime como la música?
Viva la Vida, Coldplay (Álbum: Viva la Vida, or Death and All His Friends, 2008)
Catherine Heathcliff.
Etiquetas: Coldplay, Íntimo y personal, Música es...
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